QUE SE DICE
Sin dolientes

QUE SE DICE <BR>Sin dolientes

Una de las explicaciones ofrecidas por las autoridades del ayuntamiento del Distrito Nacional para justificar los actos vandálicos contra el parque Mirador Sur, que han dejado sin uno de sus brazos a una réplica del célebre Discóbolo de Rodin además de llevarse las bombillas del alumbrado, los alambres del tendido eléctrico y los motores de las fuentes, es la poca vigilancia disponible para una zona tan extensa, situación que se agravó tras la decisión de la Secretaría de Interior y Policía de eliminar las policías municipales de que disponían muchos ayuntamientos. Estamos hablando de la misma policía municipal a la que, según los defensores de la arbitraria medida del doctor Franklyn Almeyda, solo se le impidió utilizar rangos militares y armas de fuego, lo que en la realidad se ha traducido en su salida de circulación, a pesar de estar prestando -como en el caso del Mirador Sur- un servicio tan valioso como necesario. Mientras tanto las tropelías de los desalmados que se aprovechan de la falta de dolientes de esa invaluable reserva ecológica costarán al cabildo, para empezar a reparar lo dañado, más de medio millón de pesos, que de alguna manera saldrán -como siempre- de los esquilmados bolsillos de los contribuyentes.

Camisa de once varas

El problema del Mirador Sur, sin embargo, no es tan solo de vigilancia, pues ha resultado evidente que el ayuntamiento del Distrito Nacional, a pesar de las buenas intenciones del síndico Roberto Salcedo, no cuenta con los recursos suficientes, ni humanos, ni técnicos ni materiales, para darle el mantenimiento adecuado. ¿Para qué solicitó entonces el cabildo capitaleño que se le traspasase la gestión de ese parque, para qué se metió en camisa de once varas si al final de cuentas ni siquiera ha podido recoger la basura de las calles, mantener limpia la ciudad? Ese es un misterio que, en su momento, Salcedo se encargará de aclarar. La prioridad, ahora, es encontrar la forma de devolverle el esplendor perdido al Mirador Sur, por lo que bien valdría la pena desempolvar la idea de la creación de un patronato, integrado por amigos de ese parque, sugerida hace algún tiempo por las autoridades edilicias, como una forma de involucrar a sus beneficiarios en su cuidado y protección.

La propuesta

Muchos habrá que interpreten la propuesta del senador Tonty Rutinel, en la que pide a sus compañeros de la Comisión Política que, en aras de recuperar la credibilidad del partido, lo imiten renunciando a sus posiciones, como otra extravagancia mas de las que nos tienen acostumbrados los perredeístas y sus garatas, pero esa sería una apreciación superficial que no le hace justicia a un propósito tan legítimo como la renovación de una dirigencia petrificada y obsoleta. El vehemente legislador también sugiere que se integre una comisión especial, de la que formarían parte representantes de todas las corrientes y tendencias que gravitan en el PRD, para que sea la que organice la convención de la que saldrán las nuevas autoridades, pero la fría recepción que ha tenido entre sus compañeros condena al fracaso una propuesta que, cuando menos, habría servido para medir el grado de compromiso de la dirigencia perredeísta con los cambios que tantos dicen desear pero que muy pocos, con sus hechos, están dispuestos a propiciar.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas