QUE SE DICE
Subasta pública

QUE SE DICE <BR>Subasta pública

La Fiscalía del Distrito Nacional está obligada, por razones que huelga explicar, a manejar con absoluta transparencia el proceso de venta de los bienes incautados al ex capitán Quirino Ernesto Paulino Castillo, procesado por narcotráfico y lavado de activos en una corte de Nueva York, pero esa necesaria transparencia -valga la paradoja- podría ser un obstáculo insalvable para la venta de algunos de esos bienes, como es el caso del famoso helicóptero Colibrí.

El pasado martes el doctor Manuel Hernández Peguero dejó abierta una subasta pública ofreciendo en venta la aeronave, con una puja inicial de 1 millón doscientos mil dólares, pero a falta de licitadores hubo que declararla desierta. El fiscal reveló a los periodistas presentes en la subasta que recibió varias llamadas por teléfono de algunos empresarios, al parecer interesados en el aparato, pero que finalmente no se produjo ninguna oferta concreta. Si esa subasta, sin dejar de ser pública y transparente, se hubiera realizado con mayor discreción, sin la presencia de tantas cámaras y micrófonos, otro gallo cantaría y a lo mejor aparece un comprador, pues difícilmente un hombre de negocios que se respete esté dispuesto a pagar más de treinta millones de pesos por un helicóptero con tan mala fama y que encima se entere todo el mundo. ¿Por qué no hacen la prueba?

—–

Violencia y estadísticas

Cuatro personas muertas a balazos, en apenas 48 horas, es demasiado para San Cristóbal o cualquiera de nuestras provincias, incluida el Gran Santo Domingo, a menos que se trate de una desgraciada coincidencia que esta vez ha afectado, de manera particularmente negativa, a la cuna del Perínclito. Coincidencia o no, hay algo que no podemos ocultar aunque querramos: nos hemos convertido, de un día para otro, en una sociedad violenta, demasiado violenta quizá. Y para confirmarlo, ahí están las cifras dadas a conocer por el Procurador General de la República, el doctor Francisco Domínguez Brito: 1,513 muertes violentas se registraron en el país los primeros siete meses del año, 300 de esas muertes producto de los célebres intercambios de disparos entre delincuentes, guardias y policías y el resto, 70, corresponden a los que ahora llaman feminicidios.

El panorama no puede ser más desalentador, ciertamente, y lo es mucho mas porque no se sabe, o no se nos ha dicho, cómo haremos frente a un problema que solo parece crecer con el tiempo. Al momento de dar a conocer sus inquietantes estadísticas Domínguez Brito prometió que el gobierno tomará acciones -que no especificó- para reducir esas muertes, pero el temor es que esa falta de precisión solo quiera decir que nuestras autoridades no saben todavía por dónde empezar. Ojalá nos equivoquemos.

—–

Damnificados

Mucho habían tardado en aparecer en el escenario pues prácticamente ya no hay confín del mundo donde no viva un dominicano o dominicana, mucho más tratándose de Estados Unidos, la ansiada Meca de todos nuestros sueños de bienestar y progreso. Por eso no podían faltar entre los miles de damnificados que ha dejado el huracán Katrina a su paso por Miami, donde 200 mil personas quedaron sin hogar, entre ellos cientos de dominicanos que desde el pasado viernes carecen de los servicios de agua potable y energía eléctrica.

La situación de esos compatriotas ha sido descrita por representantes de nuestro cuerpo diplomático como muy difícil, pero nadie duda que muuy pronto recibirán, al igual que el resto de los damnificados, la oportuna ayuda federal, hasta que todo regrese a la normalidad. Igualito que aquí, diría con punzante sorna un cínico, de esos que tanto abundan últimamente, pensando talvez en los damnificados del ciclón David que todavía andan por ahí llorando sus penas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas