Muchas son las preguntas que ha de estar haciéndose el país en torno al alijo de cocaína que se le ocupó a un teniente coronel de la Policía Nacional y a un ex capitán del Ejército, valorado en 900 millones de pesos, preguntas que habrán de responderse en la medida que las autoridades avancen en las investigaciones, en su esfuerzo por cumplir la promesa de que en este caso -como dice la gastadísima frase cohete- «se llegará hasta las últimas consecuencias caiga quien caiga». Hasta ahora han caído varias piezas del poderoso engranaje que ha puesto en marcha el narcotráfico internacional en el país, con la evidente complicidad de importantes esferas políticas, militares y policiales, tal y como ha venido denunciando, con su acostumbrada vehemencia, el doctor Negro Veras. Los hechos, desgraciadamente, acaban de darle la razón al abogado santiaguero, quien no se cansó de repetir, durante su reciente comparecencia al almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, que en el país no existe suficiente voluntad política para echar el pleito con el narcotráfico. ¿Seguirá teniendo razón?

Falta de información

Cuando la secretaría de Obras Públicas dio a conocer su decisión de cobrar el peaje solo a la salida de la Capital explicó que con la medida se pretendía agilizar el tránsito vehicular en esta época del año, cuando tradicionalmente aumenta el flujo de vehículos hacia los pueblos del interior del país. El primer día de aplicación de esa medida, sin embargo, ocurrió todo lo contrario a lo previsto por sus ideólogos, con las consabidas quejas de los irritados conductores que perdieron hasta dos horas en el gigantesco tapón que se formó en la estación de peaje de la autopista Las Américas. ¿Y saben por qué? A causa de un viejo vicio de nuestras autoridades, las de antes y las de ahora: no informar oportuna y adecuadamente sobre decisiones que, como en el citado caso, afectan a una parte importante de la población. Franchesca de Los Santos, subsecretaria de Obras Públicas, admitió que la falta de información fue la responsable del gigantesto entaponamiento, pero dijo estar confiada en que en dos semanas los conductores se acostumbrarán y el tránsito regresará a la normalidad. Eso quiere decir, si el cálculo de la funcionaria es correcto, que cuando la gente venga a «cogerle el piso» al nuevo sistema ya habrá pasado incluso la Navidad, precisamente la razón por la que se decidió cambiar la forma de cobrar el bendito peaje.

Métodos policiales

A pesar de que la entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Penal obliga a la Policía Nacional a ser más cuidadosa cuando se presenta a la escena de un crimen, a fin de preservar de la mejor manera posible las eventuales pruebas que permitan sustentar una acusación ante los tribunales, la institución sigue aferrada a viejas y odiosas prácticas que desdicen mucho de los esfuerzos de modernización y profesionalización que ha emprendido su actual jefatura. El pasado sábado, en horas de la noche, reporteros de este diario fueron testigos de esos procedimientos tan poco ortodoxos, cuando presenciaron a varios agentes que no solo obligaron a un sereno de un negocio cercano a levantar de un charco de agua el cadáver de un motorista muerto a tiros, sino que pretendían también que les ayudara a buscar el arma con la que supuestamente había sido herido un sargento del Ejército Nacional envuelto en el incidente. Y lo peor de todo: ni siquiera le dieron las gracias.