QUE SE DICE
Tragamonedas, diputados y viceversa

QUE SE DICE <BR>Tragamonedas, diputados y viceversa

Crece como la espuma, en la opinión pública, el rechazo a la decisión de los diputados de permitir la instalación de máquinas tragamonedas en las bancas deportivas, por las que sus propietarios no tendrín que pagar un solo centavo de impuestos para introducirlas al país, tal y como se hace consignar en el proyecto de ley que acaban de aprobar, en dos lecturas consecutivas, con una diligencia y disposición dignas de mejores causas. No hay ninguna garantía, sin embargo, de que esa creciente oposición servirá de muro de contención al despropósito parido por los señores diputados, pero alienta saber que, entre los que han salido al ruedo a cuestionar públicamente el desatino, hay dos senadores de la república, pues el Senado será -precisamente- el próximo destino del proyecto de ley de marras. Roguemos pues porque prime la sensatez y el buen juicio entre nuestros senadores, pues lo que menos necesita este país, en estos momentos, es que le instalen una máquina tragamonedas en cada esquina de cada uno de sus barrios. Con algunos diputados que andan por ahí debería ser suficiente.

Colaboración

El ofrecimiento de colaboración formulado al gobierno por parte de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la defensa de los derechos de los haitianos, interesadas en participar en la aplicación del censo a los ciudadanos extranjeros que pretenden levantar las autoridades, ha sido recibido, por razones que no hace falta explicar, con cierta suspicacia. Ocurre, sin embargo, que más allá de la duda razonable que pueda albergarse sobre la imparcialidad conque esas organizaciones realizarían (¿podemos llamarla desinteresada?) su colaboración, no puede perderse de vista las enormes dificultades que enfrentarán quienes vayan a realizar ese censo, pues nadie que resida ilegalmente en un país, como el caso de los miles de haitianos que tenemos en territorio dominicano, quiere que se sepa dónde está y mucho menos que lo incluyan en un censo. Se trata, ciertamente, de una decisión difícil de tomar conocidas esas circunstancias, pero puede apostarse a que al final se impondrá el sentido práctico y se permitirá, con una adecuada supervisión, que esas organizaciones se sumen a ese esfuerzo, imprescindible si se desea enfrentar con seriedad un problema que ya no resiste que le den más vueltas.

Respeto a la autoridad

En este caso se podría decir, tal y como reza el conocido lugar común, que fueron atrapados con las manos en la masa, pero nos quedaríamos demasiado cortos. La Policía Nacional informó ayer del apresamiento de tres hombres a los que sorprendió mientras arrancaban los postes del tendido eléctrico de un proyecto habitacional en construcción en el sector Caballona, en Santo Domingo Oeste, a los que también incautó 500 pies de alambre eléctrico que ya habían conseguido robar. Hay que felicitar, por supuesto, a la Policía por el apresamiento de esos hombres, que se auxiliaban, para cometer sus fechorías, de una grúa y una poderosa planta eléctrica, agradeciéndole de paso que nos permita conocer también hasta dónde ha llegado la audacia y el descaro de nuestros delincuentes, pero más que nada qué quiere decir toda esa gente que no se cansa de repetir que en este país se le ha perdido el respeto a la autoridad.

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