Por culpa de la pandemia del covid-19 estamos en medio de un transición atípica, mucho mas corta que lo que manda nuestra Constitución, pero también mas compleja y delicada como consecuencia del grave daño sufrido por el aparato productivo nacional y los enormes gastos en que ha incurrido el gobierno para enfrentarla.

Debido a esas condiciones me declaro cien por ciento de acuerdo con la propuesta de Participación Ciudadana, capítulo dominicano de Transparencia Internacional, de que una vez concluya el intercambio de información de las comisiones de transición se dé a conocer a la opinión pública el estado de situación de la administración del Estado conque termina este gobierno y arrancará la nueva gestión que asumirá el próximo 16 de agosto.

El movimiento no partidista sostiene que para honrar el principio de transparencia constitucional y, mas que nada, debido al estado económico y sanitario en que se encuentra el país conviene que la sociedad esté consciente –por ejemplo– de la situación financiera del Banco Central y la deuda publica, así como también de los pagos pendientes por obras en construcción; o la situación en que se encuentran los hospitales en construcción, muy especialmente la Ciudad Sanitaria Luis E.

Aybar, donde se han invertido mas de 15,000 millones de pesos, entre otros tantos aspectos que los contribuyentes tenemos derecho a conocer. No sé hasta dónde podrán o querrán el presidente Danilo Medina y el presidente electo Luis Abinader complacer la petición de Participación Ciudadana haciendo lo que nunca se ha hecho en una transición de mando, pero de lo que sí estoy seguro es de que si se animan a descorrer el denso velo de opacidad que siempre ha rodeado ese proceso le harían un gran servicio al país, donde todavía hay muchos ciudadanos que albergan la esperanza de tener algún día una gestión pública más honrada y transparente.