El mismo día que el Gobierno anunció la designación de Claudia Franchesca de los Santos como directora ejecutiva del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), el organismo rector del sistema, los dirigentes de las principales organizaciones del transporte de pasajeros advirtieron que la nueva ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial provocará un aumento general del pasaje. Las declaraciones de Antonio Marte, de la Confederación Nacional del Transporte (Conatra), Juan Marte, de la Central Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT), y Alfredo Pulinario Linares (Cambita), del Movimiento de Choferes del Transporte (Mochotran), no son la mejor bienvenida a la incumbente del recién creado organismo, a la que parece no quieren darle siquiera la oportunidad de calentar el asiento. Los transportistas alegan que en vista de que la ley 63-17 reduce de seis a solo 4 el número de pasajeros en los carros del concho y de 40 a 29 en los minibuses, la primera resolución del Intrant debe disponer un alza en la tarifa del concho. Pero también sostienen que no podrá ser aplicable, pues todavía no se han creado los carriles expreso para los autobuses ni se han construido las terminales fuera de la ciudad para evitar que provoquen entaponamientos. Tantos peros no le auguran mucho futuro a la normativa, que el folklórico Antonio Marte califica de perturbadora de la paz social, pues sacará de las calles a más de 30 mil choferes. ¿Un metamensaje? ¿O más bien una amenaza velada? Esperemos que no, conocida su capacidad para trastornar el orden público y, por vía de consecuencia, de tumbarle el pulso al Gobierno forzándolo a postergar su aplicación o boicoteándola para continuar como chivos sin ley. Ahí tiene su primer desafío la flamante directora del Intrant, que muy pronto se dará cuenta de que las bravatas de los transportistas no serán el único ni el más grande.