El déficit de realizaciones para el primer año de gobierno sería difícil de ocultar aunque nadie podía esperar milagros que llevaran el país a condiciones óptimas en todos los sentidos. Ni siquiera a que se pudiesen inaugurar muchas obras nuevas, pues el tiempo no hubiera dado para tanto. El triunfo electoral del doctor Leonel Fernádez se debe mucho al desastre económico precedente que enemistó duramente a su rival Hipólito Mejía con el grueso del electorado.
La testarudez de Mejía que jamás debió pretender reelegirse- le abrió las puertas del Palacio a Leonel. Existía para entonces un estado de calamidad que le favoreció políticamente, pero este Presidente no llegó al solio con una varita mágica. Es cierto que se percibe una insatisfacción en la ciudadanía que pesa mucho y que tiene que ver con la inactividad económica y la permanencia de algunos efectos de la inflación pasada que mantiene a consumidores alejados de la demanda aunque la prima del dólar bajó. Vale decir que hay un buen nivel de confianza en las autoridades que rigen, como indicó la encuesta HOY-Gallup. Es como para suponer que la gente sigue en disposición de darle su oportunidad a Leonel para que resuelva los problemas más acuciantes. ¿Lo logrará?
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Liderazgos propios
Alfredo Pacheco, en la Cámara de Diputados, y Andrés Bautista García, en el Senado, se las han arreglado muy bien para alcanzar una sólida permanencia en sus presidencias congresionales. Ambos pasaron en su momento por los embates de vendavales provenientes de su propio partido. Pacheco salió airoso a los esfuerzos por evitar que llegara a ser presidente del hemiciclo, lo que incluyó duras accciones directas, con balacera y desorden en plena sesión electiva. Pacheco vive por lo bien que sabe agacharse.
De otro lado, Bautista llegó a perder la gracia del oficialismo pepeachista, que lo desplazó una primera vez de la presidencia del Senado después de tenerlo como uno de los suyos. Ándrés hizo un retorno que se llevó a todo el mundo de encuentro. Y su línea actual -cordial y pragmática con el Poder Ejecutivo- disgusta al PRD del reeleccionismo fallido pero nada pueden hacer contra él. Pacheco y Bautista tienen capital político propio. Los dedos si es que alguno pretende adversarle- se estrellarían contra su fuerte liderazgo entre los legisladores.
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La justicia en el banquillo
La Justicia Dominicana debería reparar en el hecho de que las denominadas ejecuciones extrajudiciales señalan y cuestionan a los jueces y fiscales tanto como al propio aparato policial. El carácter extrajudicial que se atribuye a las bajas civiles en alegados intercambios de disparos deviene de una inveterada práctica que consiste en que el Ministerio Público NUNCA (así en mayúscula) investiga los homicidios de la Policía si llevan el sello y la versión que la propia institución del orden da en los casos que describe como enfrentamientos, aunque es bien sabido que algunos agentes siempre han fusilado gente si sus nombres están contenidos en listas de fugitivos difíciles.
En ocasiones se les va la mano y matan por confusión a alguien que nada tiene que ver con la delincuencia. Mientras la Procuraduría General de la República no cante como gallo y cumpla con su obligación de investigar y hacer juzgar cada homicidio que ocurra en este país aunque sea obra de policías- se podrá seguir diciendo que aquí ocurren ejecuciones extrajudiciales.