Tranquiliza la oportuna aclaración, dicho sea sin asomo de cinismo, del secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, Orlando Jorge Mera, en el sentido de que esa organización no se constituirá, a propósito de sus reclamos, denuncias y cuestionamientos a los resultados de las elecciones congresionales y municipales del pasado 16 de mayo, en un factor de perturbación que ponga en riesgo la democracia dominicana, por lo que dio seguridades de que el PRD y sus dirigentes acatarán el resultado -sea cual sea- emanado de la Junta Central Electoral. Y es que si algo ha probado esta democracia, con todas sus insuficiencias y debilidades endémicas, es que ya no hay ni espacio ni tolerancia para aventuras provengan de donde provengan, por lo que mal haría Jorge Mera, quien por su edad podría decirse que tiene todo un futuro político por delante, si lo arroja alegremente por el sumidero sólo porque algunos de sus compañeros de partido no han sabido asimilar una derrota.

Mala memoria

  El presidente del Senado, Andrés Bautista, dice ser partidario de que la Constitución de la República, nuestra Carta Magna, sólo sea modificada cuando exista un consenso entre las fuerzas políticas y los distintos sectores nacionales sobre los aspectos a ser modificados, y no producto de un imposición de parte de determinada fuerza política en control circunstancial del Congreso Nacional, con lo que sale al frente a pronunciamientos recientes tanto del doctor Franklyn Almeyda como el licenciado Temístocles Montás expresando la necesidad de que, una vez el PLD asuma el control efectivo de las cámaras legislativas, se produzca una modificación de nuestra carta sustantiva. Cualquiera diría, al leer estas líneas, que el senador mocano no estuvo presente en la infausta sesión en la que se modificó la Constitución única y exclusivamente para permitir la reelección del entonces presidente Hipólito Mejía, cuando todos sabemos que no solo estuvo presente sino que presidió, en su calidad de presidente del Senado, la Asamblea Revisora que produjo esa mezquina modificación. ¡Qué mala memoria!

Malas ventas

   Cumplida una semana de celebradas las elecciones sin que todavía se sepa, de manera oficial, quién ganó y quién perdió, lógico es que empiecen a producirse manifestaciones públicas de preocupación por los efectos que esa indefinición, con todo lo que implica, pueda tener sobre la actividad comercial, muy sensible a ese tipo de perturbaciones y trastornos. La altisonante garata post electoral tiene muy preocupados a los comerciantes debido a que las ventas para el Día de las Madres, a celebrarse el domingo próximo, andan todavía muy flojas, por lo que no hay que ser brujo para adivinar a quién le echarán la culpa si este año no llenan las expectativas. He ahí otra razón más, entre otras tantas que saltan a la vista, para que los actores de ese proceso, vale decir los partidos políticos y la Junta Central Electoral, concluyan cuanto antes ese penoso espectáculo.