Qué se dice 
Vigilantes mal vigilados

Qué se dice <BR><STRONG> Vigilantes mal vigilados</STRONG>

Cada vez que ocurre una tragedia, como la del guardián que asesinó a un compañero y a la propietaria de una joyería donde prestaba servicio, se escucha lo mismo: hay que mejorar la supervisión de las empresas que se dedican a la vigilancia privada, asegurarse que contraten a la gente correcta, que verifiquen sus antecedentes criminales antes de emplearlos, pero siempre vuelve a ocurrir. ¿Y saben por qué? Porque esa supervisión no se realiza con el rigor y la seriedad que demanda un trabajo tan delicado como el que le confiamos a quien protege nuestros bienes más preciados, entre ellos el más preciado de todos: la vida. Ayer la Secretaría de las Fuerzas Armadas, responsable a través de la Superintendencia de Seguridad y Vigilancia de la supervisión de las compañías de guardianes, cerró la empresa donde laboraban varios de los implicados en el asalto a la joyería Rita, del ensanche Paraíso, pero es evidente que ya es demasiado tarde para poner el candado. Insistimos en la pregunta, absolutamente pertinente: ¿quién vigila al vigilante?

Contrabando peligroso

Siempre se ha sabido que estas tierras que tanto amó el Almirante de la Mar Oceana ha sido pródiga, a lo largo de su accidentada historia, en contrabandistas y rufianes de toda laya, por lo que no exagera quien diga que aquí se ha contrabandeado con todo. O casi todo, porque hasta donde se sepa a nadie se le había ocurrido hacerlo con animales salvajes y aves exóticas, un trasiego clandestino con el que acaban de tropezarse las autoridades aeroportuarias y gracias al cual han entrado ya al país tigres de bengala, monos, serpientes y pajuiles. La hazaña, por supuesto, no tiene ninguna gracia, mucho menos andando por ahí una pandemia con características apocalípticas llamada gripe aviar y que se transmite a través de las aves. Las autoridades de Salud Pública y la secretaría de Agricultura, que han dado garantías de que mantendrán al país a salvo de la peste, deben poner su atención sobre ese peligroso contrabando y sus implicaciones.

El viajero

Independientemente de la validez que puedan tener las críticas a la numerosa comitiva que acompaña al presidente Leonel Fernández en su gira de diez días por tierras europeas hay uno de ellos que se marcha dejando tras de sí, como se dice por aquí, el rancho ardiendo: el rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Roberto Reyna. Mientras Reyna hace su viaje número 17 desde que asumió la rectoría de la UASD, la Asociación de Empleados Universitarios (ASODEMU) mantienen un paro de labores en la sede central y en todos los centros regionales de la academia en demanda de aumento salarial, aumento que a juicio de Reyna es imposible debido a la reducción del presupuesto solicitado al gobierno central para este año. A los miembros de ASODEMU, sin embargo, les cuesta aceptar esa justificación, pues se preguntan cómo es posible que haya dinero para que Reyna se la pase de aquí para allá viajando, y en cambio no haya recursos para hacer el aumento que tanto creen merecer.

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