La pregunta estalló en mi cerebro tan pronto leí el titular periodístico informando que el Vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo, considera violatoria de la Constitución, además de constituir un desafío al Gobierno y al país que se enmascara como una actividad deportiva y recreativa, la marcha de inmigrantes haitianos programada para celebrarse el próximo domingo en el Parque Mirador Sur, por lo que pidió a la Policía Nacional que intervenga y haga cumplir el artículo 25 de la Carta Magna en lo relativo al estatuto de extranjerías. ¿Qué sabe Pelegrín que el resto de los dominicanos ignoramos? ¿Recibió algún soplo de los organismos de seguridad e inteligencia del Estado? Pero el dirigente de la FNP no es el único que opina de esa manera, pues ayer el PRSC emitió un comunicado de prensa en el que su presidente, el ingeniero Federico –Quique– Antún, la califica como un “desafío inaceptable” al pueblo dominicano por la postura que asumió al exigirle al Gobierno que no firmara los pactos Migratorio y de los Refugiados promovidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). No necesito ser brujo ni adivino ni echador de cartas para atreverme a predecir aquí que en las horas por venir seremos testigos de más expresiones públicas de rechazo a esa marcha, sobre todo del nacionalismo más exacerbado que es, por vía de consecuencia, el más agresivo, violento e intolerante. Por eso me atrevo también a decir aquí que tal y como están de exaltados los ánimos de los nacionalistas, o mejor dicho de los antihaitianos, su celebración puede degenerar en una indeseada confrontación de previsibles consecuencias, pues no conviene olvidar que en cualquier diferendo o conflicto con nuestros vecinos nosotros seremos siempre los malos de la película.