Es un tema polémico, difícil de abordar sin lastimar heridas todavía abiertas, pero del que necesariamente habría que seguir hablando, aunque solo sea en los ámbitos profesionales y académicos, pues no todos los días se indulta a una mujer que perpetró un  asesinato, el del hombre con quien llevaba casada más de veinte años, asesinato que planificó y ejecutó -dicen que fría y calculadamente- con el auxilio  de la empleada doméstica de la casa, sensibilizada de tal modo con los bárbaros maltratos a que el empresario arenero sometía a su familia que terminó convertida en cómplice de un crimen.

No es el momento ni el espacio para discutir si el indulto de Miriam Brito es legal o no, si se siguieron los procedimientos de rigor en estos casos, como el de consultar a la familia de la víctima, pues podríamos adentrarnos por un laberinto del que sería muy difícil salir. Concentrémonos en uno de los personajes centrales de ese drama terrible al que, en medio de la euforia de unos y la indignación de otros, todos parecen haber olvidado. ¿Cuál es el status jurídico de la doméstica Deydania González, condenada a 30 años de cárcel, y quien según las autoridades se encuentra prófuga? ¿Podrá rehacer su vida al igual que Miriam Brito, o deberá esconderse para siempre por su participación en un crimen por el cual ya se exoneró de culpa a la autora principal?

Sacrificios

Tranquiliza saber que, a pesar de la destemplada respuesta del doctor Roberto Rosario al licenciado Vicente Bengoa destinada, para decirlo en buen dominicano, a “ponerlo en su puesto”, alguien en la Junta Central Electoral da muestras de la  ecuanimidad y el aplomo suficientes como para no perder la perspectiva del momento, pero sobre todo de estar consciente  de la enorme responsabilidad que el tribunal tiene por delante y de las muchas batallas que todavía quedan por librar, incluídas las intemperancias -hay que recordar que el secretario de Hacienda fue quien disparó primero- de Vicente Bengoa o de cualquier otro funcionario. El doctor Julio César Castaños Guzmán dice estar dispuesto, como presidente de la JCE, a asumir todos los sacrificios que fuere necesario con tal de cumplir    el compromiso que, junto a los otros miembros del organismo, tienen por delante, y asegura que lo hará  “con la fuerza de la necesidad y la moral que impone el cumplimiento del deber…”. Que conste, doctor Castaños, que le hemos tomado la palabra, a la vez de que le deseamos suerte, y mucha paciencia, para el resto del camino. 

Novedades políticas

El anuncio de la formación de una nueva organización política, el Movimiento Político Comunitario Dominico Haitiano, integrado por dominicanos de ascendencia haitiana, ha traído novedades inesperadas al ambiente político navideño,  enternecido hasta el empalagamiento a causa del generoso gesto de los candidatos presidenciales de los principales partidos, empezando por el Presidente de la República, de compartir la Nochebuena con decenas de familias pobres. Las reacciones, por supuesto, no se han hecho esperar, mucho más tratándose de un tema tan sensible como el de la migración haitiana y  sus secuelas, desde las que han descartado de inmediato y de manera categórica la legalidad de una organización de esa naturaleza, hasta los que se preguntan, entre la curiosidad y la suspicacia, qué  se busca con ese anuncio en estos momentos, para recordar a seguidas que ese partido y sus promotores pretenden constituirse en los  representantes de  los intereses de una población, ilegal para más señas, que supera las 700 mil personas. ¿Conoce alguien la respuesta?