QUE SE DICE
Ayudantes civiles

QUE SE DICE<BR>Ayudantes civiles

Lo más inquietante del avanzado proceso de perredeización que afecta al Partido de la Liberación Dominicana no es tanto lo que le costará al Estado dominicano, en dinero contante y sonante, la insaciable voracidad de las bases peledeístas, sino el hecho de que sea la propia dirigencia la que aliente su envilecimiento. No hay otra forma de interpretar el anuncio de Reynaldo Pared, secretario general del PLD, de que el presidente Leonel Fernández nombrará como Ayudantes Civiles de la Presidencia de la República a cerca de cien presidentes de comités provinciales, una decisión que además de estimular los desbordados reclamos de la militancia resulta incompatible con las prédicas de austeridad del gobierno. Se trata, aunque a mucha gente le duela reconocerlo, de la repetición viciosa de las mismas perversiones clientelistas que tanto se le criticaron a la administración anterior, por lo que habrá que resignarse a la existencia de esos «ayudantes civiles», que ojalá en esta nueva versión alguien se tome la molestia, antes de nombrarlos, de verificar sus antecedentes penales o si tienen asuntos pendientes con la Justicia.

Olvidos

Un amigo de esta columna, muy vinculado a la educación pública, nos hace llegar el «itinerario gremial» -para llamarlo de algún modo- de la Asociación Dominicana de Profesores, como una forma de enmendar el olvido en que incurriera su presidente, el profesor Eduardo Cuello, a propósito de la cuota de responsabilidad que toca al gremio en el incumplimiento de la jornada escolar. Ese itinerario normalmente empieza los miércoles, cuando la ADP celebra asambleas de profesores en aquellos recintos donde existe algún conflicto, pero dadas las conflictividades que genera un oficio tan mal pagado casi siempre, en alguna escuela o en más de una, hay asamblea de profesores. Los jueves, a partir de las 10:00 de la mañana, se reúnen los directivos de la Cooperativa Nacional de Maestros a poner en claro saldos, balances y cuentas, pero como todos los maestros son cooperativistas, preocupados por el destino de sus ahorros, esas reuniones suelen ser bastante concurridas. Los viernes, el día favorito de los estudiantes, en las escuelas se celebran los llamados «Viernes de Colores», una divertida forma de dar cumplimiento al currículo en lo atinente a las actividades sociales que debe realizar el estudiantado. No hace falta ser un experto en planificación educativa para saber que todo ese tiempo que se pierde en actividades extracurriculares -nunca mejor dicho- podría emplearse en algo mucho más productivo, como por ejemplo la jornada escolar.

Absurdo empeño

Después que el presidente Leonel Fernández ha dicho, de manera tajante, que los médicos, en materia salarial, serán medidos con la misma vara que el resto de sus conciudadanos, el Colegio Médico Dominicano tiene la oportunidad de alcanzar nuevos límites en su absurdo empeño de exigir, mediante el recurso de la huelga, un aumento salarial que este gobierno, al igual que el anterior, ha dicho hasta la saciedad que no está en capacidad de satisfacer. Podría, por ejemplo, decidir no regresar jamás a los hospitales públicos, abandonar a su triste suerte a los cientos de infelices que abarrotan, en estos días de huelga, las emergencias, pero ni siquiera ese extremo gesto de inhumanidad, esa traición vil al juramento Hipocrático, conseguirá que obtengan lo que reclaman de tan mala manera. ¿Y entonces?

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