Qué se dice
Bajo lupa

Qué se dice<BR><STRONG>Bajo lupa</STRONG>

Más de 250 mil pares de ojos estarán muy atentos a todo lo que ocurra alrededor del proceso de votación iniciado esta mañana, entre los que figuran delegados de los partidos políticos, observadores nacionales e internacionales, invitados especiales tanto de aquí como del extranjero, y poco más de mil periodistas que estarán ofreciendo cobertura noticiosa a la gran fiesta de la democracia dominicana, sin dejar de mencionar, porque también son importantes para garantizar que todo transcurra en completo orden, los 40 mil miembros de la Policía Militar Electoral, lo que suma cerca de 300 mil personas trabajando para que todo culmine sin contratiempos ni traumas. Cualquier cosa que ocurra, así sea en el más apartado rincón de la República, ocurrirá bajo ese atento escrutinio, por lo que pocas oportunidades habrá, en los centros de votación, de recurrir a truchimanerías o las famosas «irregularidades» que tantos dolores de cabeza han dado en anteriores procesos. Que así sea.

Civilidad

Al pasar balance a lo que según algunos ha sido la campaña electoral más costosa de nuestra historia democrática ha llamado la atención los pocos casos de violencia, con saldos fatales, conque ha concluído a pesar de la virulencia verbal que alcanzó en su tramo final, lo que la convierte en una de las menos violentas de los últimos años. No significa esto, sin embargo, que se haya producido un cambio en nuestra manera de hacer política, que tanto luto y dolor ha traído a tantas familias, como lo demuestra el incidente ocurrido el pasado domingo en Salcedo, donde cinco personas resultaron heridas de bala, entre ellas tres sobrinos del candidato a síndico del PLD por esa provincia, luego de ser agredidas a tiros -según versiones periodísticas- por militantes del PRD. Ha sido, por lo que se ve, un asunto de buena suerte o mala puntería, aunque no falte quien diga que ha sido gracias a la intervención de la virgencita de La Altagracia, pero de ninguna manera porque hayamos encontrado una forma más civilizada y menos agresiva y violenta de hacer política.

Sin muletas

 Pero no será el exhorbitante costo de la extensa e intensa campaña electoral, que se ha estimado sobrepasa con mucho los mil millones de pesos, o la «moderación» que han mostrado los políticos y sus seguidores lo que dará a estos comicios el carácter de históricos, pues por primera vez desde el año 1986 se dejará a la Junta Central Electoral cumplir con la responsabilidad institucional que se le asigna en la Constitución, sin las muletas de una Comisión de Notables, de Seguimiento Electoral o como quiera bautizársele, y más que nada sin la providencialidad de un monseñor Agripino Núñez Collado, sin cuyo auxilio parecería que esta democracia naufraga. Y bueno es que así sea, que la JCE asuma la responsabilidad histórica de ser, con sus acciones y decisiones, el mejor garante de un proceso electoral transparente, confiable y libre de cuestionamientos. No se está hablando de una cosa del otro mundo, de nada que no puedan hacer, si así se lo proponen, los jueces y técnicos del tribunal de comicios, por lo que sólo resta cruzar los dedos y hacer votos porque unos y otros se comporten a la altura de las circunstancias.

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