Que se dice
Bajos sueldos

<STRONG>Que se dice<BR></STRONG>Bajos sueldos

¿Cuántas veces ha escuchado usted hablar de la necesidad de elevar el salario de nuestros policías, obligados a jugarse la vida, expuestos a que en cualquier esquina un delincuente muy bien armado le parta el alma, por tan solo RD$4,000 al mes? Probablemente ya perdió la cuenta, al igual que nosotros, mientras el miserable salario que devengan los llamados agentes del orden se convierte en el principal obstáculo para que tengamos un policía más profesional, mejor formado y por lo tanto más consciente de su papel en la sociedad, la savia nueva que tanto está necesitando.

El Consejo Superior Policial acaba de aprobar un aumento salarial para los policías que entraría en vigencia, según el doctor Franklyn Almeyda, el próximo año, por un monto que será determinado cuando finalice un estudio que actualmente se realiza. ¿Otra vez volveremos a defraudar a nuestros policías ofreciéndoles un aumento que nunca llega? Confiemos en que el doctor Almeyda, más consciente que nadie de que sin buenos salarios nunca tendremos buenos policías, no demuestre que esta vez -¡por fin!- es la vencida.

Principio del fin

Para no complicarnos la vida vamos a suponerle la mejor de las intenciones a la Secretaría de Interior y Policía y su programa de Control de Bebidas Alcohólicas (COBA) al decidir extender hasta la una de la madrugada el horario de venta de bebidas alcohólicas a los  negocios que reúnan determinados requisitos sanitarios y de seguridad, como parte de un plan piloto que empezó a ejecutarse en Santiago y que ya ha provocado quejas y críticas de las juntas de vecinos del área monumental, los más golpeados con el desorden  y la escandalera que había en la zona antes de la prohibición, pero también de  propietarios de establecimientos que se han sentido discriminados. La decisión del gobierno de limitar el horario de venta de bebidas alcohólicas como una forma de contener la violencia y la delincuencia ha sido, ciertamente, una medida muy discutida y controversial, pero tal y como evidencian las encuestas ha recibido el respaldo de  la mayoría de la población, probablemente porque le ha visto más  ventajas y beneficios que inconvenientes y molestias. Las autoridades deben andarse con mucho tiento a la hora de tomar cualquier decisión de flexibilizar la prohibición, porque  puede suceder que el plan piloto puesto en marcha en Santiago sea el principio del fin de  una medida que ha dado tan buenos resultados.

¿Descuido o malicia?

 Las autoridades del ayuntamiento del Distrito Nacional han creído necesario aclarar, en medio del ajetreo que ha provocado el desmantelamiento de más de cien vallas ilegales, que no existen propósitos políticos en el operativo, como se ha alegado. Y puede que sea verdad, sobre todo si se piensa que durante el proceso electoral pasado el síndico Roberto Salcedo puso todo su empeño, y lo consiguió, en obligar a los políticos a respetar las reglas de juego para la colocación de su propaganda, manteniendo el Distrito Nacional libre de contaminación visual . En esta ocasión, sin embargo, ha sido distinto, pues el ayuntamiento capitaleño no ha puesto el mismo empeño en evitar las excesos propagandísticos de nuestros políticos, algo que pudo hacer a tiempo de haber sido ese su propósito, pues muchos de los letreros que hoy quiere desmontar por ilegales fueron montados durante días, y delante de todo el mundo, sin que apareciera un solo inspector del cabildo advirtiendo de su ilegalidad o impidiendo su colocación. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado en este proceso? Eso deberá aclararlo, si lo cree oportuno y pertinente, el síndico Roberto Salcedo. Mientras tanto, que se sepa que, tal vez por inoportuno, porque no se hizo cuando tuvo que hacerse, nadie cree en la sinceridad de ese operativo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas