La gravedad de la crisis eléctrica, que está poniendo a pensar al comercio organizado en la posibilidad de cerrar sus establecimientos para forzar al gobierno a buscar una solución al acuciante problema, ha provocado la reacción del secretario de Interior y Policía, quien define a los apagones como los mejores aliados de los delincuentes.
Pero también sirven de pretexto, dice el doctor Franklyn Almeyda, a sectores que aprovechan la irritación que producen en la población para promover protestas y desórdenes. Las aprensiones del funcionario por las repercusiones que pudiera tener la crisis eléctrica sobre el orden público son válidas, absolutamente justificables cuando se recuerdan las violentas protestas escenificadas en Villa Altagracia y otras poblaciones del interior del país, pero desgraciadamente no es ese el ánimo de los funcionarios del sector, que a falta de soluciones concretas que ofrecer a la población se contentan con explicaciones que no explican nada y que solo causan más irritación.
El secretario de Interior y Policía lo atribuye a un fallo en la política de comunicación de esas dependencias, pero la verdad monda y lironda es que el gobierno no tiene ninguna solución a mano que no sea saldar la millonaria deuda que tiene con los generadores. Mientras tanto, que conste en el expediente que el dramático deterioro del servicio de energía eléctrica ha convertido al país en un peligroso barril de pólvora y que el único miembro del gobierno que hasta ahora se ha dado por enterado es el doctor Franklyn Almeyda Rancier.
La pregunta impertinente.- ¿Por qué razón todavía no hay ninguna persona detenida con relación a las muertes de dos ciudadanos haitianos y un dominicano ocurridas en Neiba el pasado lunes?