QUE SE DICE
Buenas intenciones

QUE SE DICE<BR>Buenas intenciones

Independientemente de las buenas intenciones que puedan animar a los diputados, oposicionistas ellos, que dicen estar dispuestos a modificar la Constitución para reducir los alcances del artículo 55, llama la atención que sea ahora, cuando gobierna el Partido de la Liberación Dominicana y el doctor Leonel Fernández Reyna, cuando se caiga en la cuenta de los enormes perjuicios que provoca a la institucionalidad del país los excesivos poderes de que goza, gracias al citado artículo, el Presidente, así como de la necesidad de poner límite a esos excesos. Los voceros del PRSC y del PRD en la Cámara Baja, Ramón Agramonte y Luis Emilio Reyes Ozuna discrepan, sin embargo, en el camino que puede conducir a esa reforma, pues mientras el legislador reformista sugiere que se haga mediante una constituyente escogida por votación popular, los perredeístas, mayoría en ambas cámaras, no quieren ni que les mencionen la posibilidad de ceder a nadie ese privilegio. Las buenas intenciones, definitivamente, no alcanzan para tanto.

La cantaleta

Esta vez la cantaleta tiene el sabor, el inconfundible acento italiano, pero el mensaje sigue llegando -palabras mas palabras menos- con total claridad: «no es posible que República Dominicana reciba recursos frescos de los organismos internacionales si al mismo tiempo no hace una lucha seria contra la corrupción». El embajador italiano en el país, Giorgio Sfara, dice que la comunidad internacional sigue con gran atención, paso a paso, los pormenores de una lucha que hasta ahora solo se ha reducido a unas cuantas escaramuzas sin mayores consecuencias, a pesar de que no podemos darnos el lujo de seguirla postergando por mas tiempo. Lástima que tengan que venir de fuera a recordárnoslo.

Su propio juego

A lo mejor al licenciado Hatuey Decamps no le conviene decirlo de manera tan abierta, algo que entiende cualquiera que sepa que, para triunfar en política, hay que aprender temprano a administrar el silencio, pero eso no quiere decir que no aproveche la oportunidad que le ofrece la propuesta de unificar al PRD, salida nada mas y nada menos que de labios de Vicente Sánchez Baret, para jugar su propio juego, en atención -por supuesto- a sus propios intereses. Sobre todo estando tan convencido de que a los que más conviene esa reunificación es a aquellos a quienes la percepción general, que casi nunca se equivoca, identifica como en gran parte responsables de las calamidades y vicisitudes que nos ha traído la peor crisis económica de la que se tenga memoria. ¿Propiciará Hatuey Decamps esa reunificación solo porque a la gente del PPH «se le apretó el pichirrí» ante la posibilidad de una persecución judicial a causa de las bellaquerías cometidas en la pasada administración? Ni siquiera se moleste en responder.

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