QUE SE DICE
Caer en gracia

QUE SE DICE<BR>Caer en gracia

Nada ilustra mejor la naturaleza ambigua e inconsistente que ha caracterizado, desde siempre, las relaciones con nuestros vecinos que el tratamiento que recibirá en el país el ex comisario de policía Guy Philippe, uno de los cabecillas de la insurrección armada que dio al traste con el gobierno de Jean Bertrand Aristide, insurrección que, dicho sea de pasada, se planificó y ejecutó desde República Dominicana. Phillipe, quien nos visitará esta semana en calidad de candidato presidencial, será recibido por un comité especial de legisladores, tiene previsto un almuerzo con el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, así como varios encuentros con «distinguidas personalidades» de la vida nacional -entre las que figuran empresarios y políticos-, incluída una visita al rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el doctor Porfirio García. ¡Toda una personalidad! Phillipe, quien goza de muy buenas amistades en el país, probablemente ya sepa porqué decimos por aquí que más vale caer en gracia que ser gracioso.

Ojo por ojo

Los ganaderos de San Juan de la Maguana acaban de tomar una decisión que desde ahora puede considerarse, para ir ganando tiempo, como potencialmente peligrosa, fruto sin duda de la desesperación que les embarga a consecuencia de la oleada de robos de animales que azota la región. Reunidos en asamblea el fin de semana los ganaderos decidieron responder «ojo por ojo y diente por diente» a cualquier cuatrero que sea atrapado en sus fincas, de donde los ladrones se han llevado, tan solo en el último mes, más de cien cabezas de ganado de pura raza, sin contar chivos, gallinas y cerdos. Tan decididos están a poner en práctica la vieja ley del Talión que han creado, incluso, un fondo especial que utilizarían para pagar los abogados que habrán de defenderlos cuando se produzcan los «enfrentamientos» con los ladrones. Los ganaderos no fueron muy específicos, sin embargo, sobre la forma en que aplicarán el «ojo por ojo» a los osados cuatreros, pero con el precedente de Dajabón, donde un ciudadano haitiano fue quemado vivo al ser sorprendido -supuestamente- mientras robaba ganado, no es difícil adivinar por dónde andará la cosa.

Tiempos de guerra

Habrá que acostumbrarse, de ahora en adelante, a su intimidante presencia recorriendo nuestras calles, con sus uniformes de zafarrancho, su marcial compostura y sus armas de guerra apuntando de manera inocente al suelo. La decisión del secretario de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Pérez, de enviar a las calles a cientos de integrantes de la nueva «patrulla militar» constituye, en los hechos, la declaratoria formal de guerra contra la delincuencia. Los soldados, que estarán en servicio «todo el tiempo que sea necesario», auxiliarán a la Policía Nacional en labores de patrullaje y prevención del delito, y se espera que su sola presencia convenza a los delincuentes de que la guerra, en esta ocasión, va en serio, por lo que no tendrán un solo minuto de tregua.

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