Una delegación del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) encabezada por su Vicepresidente Ejecutivo, César Dargam, visitó la pasada semana la Cámara de Diputados, donde el dirigente empresarial declaró a los periodistas que favorece que se le dé respuesta a las denuncias de que la Procuraduría General de la República interceptó los teléfonos de personas que nada tienen que ver, ni directa ni indirectamente, con el caso de los sobornos millonarios que Odebrecht admitió haber pagado en la República Dominicana. Menos claro y preciso fue cuando los reporteros quisieron conocer su opinión sobre el Sermón de las Siete Palabras, las críticas de los curas al Gobierno y la posibilidad de que el país, como señaló monseñor Francisco Ozoria, se encamine hacia una dictadura, pero solo consiguieron que se limitara a calificar de “saludable” que los distintos sectores de una sociedad se expresen. Pero donde el ejecutivo empresarial tuvo que emplearse a fondo para torear a los insistentes reporteros, deseosos de conocer las opiniones de los empresarios sobre un tema de tan “palpitante actualidad”, fue cuando le preguntaron sobre la reelección presidencial y la modificación de la Constitución que la haría posible, a lo que respondió escapándose por la tangente con una promesa difusa: “oportunamente y en la medida en que los acontecimientos se vayan desarrollando y sobre todo lo que tiene que ver con la labor legislativa, el Conep fijará su posición como lo ha hecho en los últimos 55 años”. Antes de que saquen conclusiones apresuradas hay que decir que no puede culparse al Conep por no querer adelantarse a los acontecimientos opinando sobre la reelección del presidente Danilo Medina en el país mas presidencialista de la bolita del mundo, lo que siempre entraña sus riesgos. Aunque no faltarán los que consideren que, después de todo lo visto y oído, no es necesario que lo hagan.