¿Quiere decir entonces que la Junta Central Electoral solo se ha dado cuenta de que los partidos políticos hace rato que están en campaña electoral luego de que un grupo de oficiales retirados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se quejara ante ese tribunal por la utilización, por parte del PLD, de  un oficial activo del Ejército Nacional en un spot televisivo promoviendo la reelección del presidente Fernández, denuncia que  alborotó de mala manera el avispero político nacional?

Probablemente sea este, además del inexplicable mamoneo en decidir una prohibición que debió disponer desde que comprobó, al consultar el padrón electoral, la veracidad de la denuncia, el aspecto más controversial de la “salida” que encontró el pleno de la JCE a un asunto tan controversial, pero al hacerlo de la manera en que lo ha hecho ha dejado a demasiada gente insatisfecha, empezando por el resto de los partidos políticos, que perciben que en el fondo lo que ha ocurrido es que el tribunal de elecciones ha vuelto a dar otra penosa demostración de debilidad frente al partido oficial y al gobierno. Por supuesto que los partidos políticos y sus candidatos, incluído el Presidente de la República, están inmersos en una intensa  campaña electoral  a destiempo, pero lo que resulta penoso, y más que nada muy preocupante, es que la JCE necesite un pretexto tan traído por las cabellos para intentar hacer valer la autoridad de la que se supone está investida.

Mayoría tiránica II

 En una sesión extraordinaria, convocada por su presidente Julio César Valentín, la Cámara de Diputados aprobó de urgencia, en dos lecturas consecutivas, un proyecto de ley que autoriza a la Secretaría de Hacienda a emitir bonos por un monto máximo de 5 mil millones de pesos, recursos que se destinarán a mitigar los daños provocados por la tormenta Noel. Ni los legisladores reformistas ni los perredeístas estuvieron presentes en esa sesión, que abandonaron como una forma de expresar su oposición a que el gobierno recurra al endeudamiento externo para hacer frente a los destrozos de Noel. Los diputados peledeístas, como era de esperarse, justifican las prisas y la falta de consenso con el resto de las fuerzas políticas representadas en la cámara baja en la necesidad de acudir con urgencia en auxilio de las personas afectadas por Noel, que dejó miles de damnificados, destruyó cientos de puentes, arruinó cosechas y segó la vida a más de ochenta personas, pero desde las gradas se ha visto clarito cómo el PLD ha hecho uso de la  mayoría tiránica de que goza en el Congreso Nacional para servirse a su gusto. ¡Buen provecho!

Imprudencia criminal

Cuatro muertos, treinta heridos, cinco de ellos de gravedad, decenas de conmocionados y una comunidad que nunca olvidará tan triste episodio es hasta ahora el saldo del accidente provocado por el conductor de un camión que desobedeció la orden de detenerse que recibió de parte de miembros del cuerpo de bomberos y la Defensa Civil de la comunidad  El Factor, en Nagua, por lo que acabó embistiendo a un grupo de personas que más adelante participaba en el sepelio de un empleado del ayuntamiento del citado municipio. Cada vez que se produce un accidente de estas características, donde la principal causa es la imprudencia homicida de uno o más conductores, nos espantamos al descubrir de que a alguien con tan poco sentido de responsabilidad, con tan poco respeto por la vida de los demás, se le confíe la conducción de un vehículo pesado, pero eso es algo a lo que habrá que resignarse mientras no se mejoren los controles sobre la otorgación de licencias de vehículos de motor y el uso que se hace de ellas. Toca ahora a la Justicia, que deberá juzgar  el comportamiento irresponsable de ese chofer y la pena que le impondrá por una imprudencia que le ha costado la vida, hasta ahora, a cuatro personas, actuar con la severidad que el caso amerita.