QUE SE DICE
Diálogo de sordos

QUE SE DICE<BR>Diálogo de sordos

El pleito, por lo que se ve, ya está casado, y los perjudicados serán, como siempre, los infelices que acuden a los hospitales públicos a mendigar atención a sus dolencias. El Colegio Médico Dominicano, atrincherado en su intransigencia, amenaza con paralizar desde el próximo martes los hospitales públicos de seis provincias del país en protesta por la cancelación de 135 médicos, odontólogos y enfermeras, pero las autoridades simplemente niegan que esas cancelaciones se hayan producido.

Tanto los representantes del gremio médico como de la Secretaría de Salud Pública están hablando idiomas distintos, por lo que resulta imposible que, en esas condiciones, puedan llegar a entenderse. ¿Cómo sentarse a discutir las posibles soluciones a un problema si una de las partes niega que el problema exista? A un país virtualmente apagado, que acaba de ser golpeado por un traicionero huracán que ha provocado cuantiosos daños a su agricultura, hay que sumarle una huelga hospitalaria a su ya larga lista de calamidades. El que quiera más es un gandío.

Especulación

Al tiempo que se agiliza el envío de ayuda a los miles de personas que han sido afectadas por el huracán Jeanne, sobre todo en el Este del país, hay que poner atención a la oleada especulativa que se ha desatado en esas zonas con los productos de primera necesidad, entre los que hay que incluir el transporte y los combustibles. Lógico es que, en medio de la adversidad, alguien, algún vivo inescrupuloso, saque una buena tajada lucrándose con las necesidades de la gente, pero eso no quiere decir que no se ponga un freno, un límite, a ese oportunismo, que ha llevado a que un galón de gasolina cueste, en las zonas que todavía permanecen aisladas, hasta 300 pesos. Lo peor de todo es que aquellos que, por estar investidos de autoridad, deberían evitar esos abusos se han sumado también a la fiesta, pues no hay forma de cruzar hacia Higuey desde La Romana, donde la riada destruyó el puente sobre el río Chavón, si el interesado no se cantea primero con los miembros de la Policía Nacional o de la Marina de Guerra de «servicio» en esos estratégicos puntos.

Disidencias

Como en este país hace tiempo, mucho tiempo, que se perdió la inocencia política, nadie puede decir ahora que se siente sorprendido ante los evidentes intentos del PRD de utilizar el proyecto de reforma tributaria, la tabla de salvación que sacaría al país de la postración económica en la que se encuentra, en su propio beneficio. La novedad no radica, entonces, en el uso de su mayoría congresional para chantajear -no hay otra palabra para definirlo- al gobierno a cambio de impunidades, sino al hecho de que un grupo de esos legisladores, que se dice mayoritario, haya decidido pensar con cabeza propia y desoír el mandato del comité político de su organización. Los días por venir dirán, inevitablemente, quién le tumbó el pulso a quién entre esos dos grupos abiertamente enfrentados. Mientras tanto, felicitemos a los «disidentes» que se han negado a comportarse como dóciles marionetas al servicio de los mezquinos intereses de su partido.

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