Qué se dice
Ditirambos

<STRONG>Qué se dice<BR></STRONG>Ditirambos

El nuevo redentor del sur. Así llamó Frank Rodríguez, en un evidente exceso de entusiasmo reeleccionista, al presidente Leonel Fernández en el discurso que pronunció, en su calidad de director del Instituto de Aguas Potables y Alcantarillados, durante la inauguración del acueducto múltiple del suroeste, que beneficiará a más de 30 comunidades urbanas y rurales de las provincias de Barahona, Independencia y Bahoruco.

Como en todos y cada uno de los actos oficialistas, sobre todo cuando se trata de inauguraciones de obras, estuvieron presentes las  “espontáneas” consignas promoviendo la reelección del mandatario, por lo que el ditirambo del director de INAPA  constituyó parte del espectáculo. En un gobierno  tan proclive al uso de la propaganda, al mortificante cacareo de lo poco y lo mucho que hace en favor de sus gobernados, es muy fuerte la tentación de utilizar la figura de su carismático presidente-candidato para apuntalar su estrategia de campaña y hacer más expedito el camino hacia la retención del poder, pero por ese rumbo se corre el riesgo de incurrir en excesos, como lo son el culto a la personalidad y el endiosamiento del primer mandatario. Ojalá no sea esa la situación que anuncia el destape ditirámbico del emotivo Frank Rodríguez, pues en materia de endiosamientos con Trujillo ya tuvimos suficiente.

A la cárcel

Visto el alegre desparpajo conque en este país se viola la luz roja de los semáforos, infracción que figura entre las principales causas de accidentes fatales, vale la pena ponderar la opinión del nuevo jefe de AMET, el general Latif Miguel Mahfoud, quien considera que si se aplicase lo que dice la ley, que prevé prisión de tres días a seis meses para quienes crucen en rojo un semáforo, la práctica se reduciría considerablemente. El director de AMET cree, al igual que mucha gente, que se trata de una práctica criminal que debe ser castigada con la mayor drasticidad posible, pues quien viola la luz roja de un semáforo no solo  pone en riesgo su propia vida y las de los demás conductores, sino también de los peatones y otras personas. Este debe ser el único país del mundo civilizado donde cruzar, confiada y despreocupadamente, un semáforo que está en verde constituye una temeridad y un acto de imprudencia del que puede arrepentirse toda la vida. Así de serio es el problema.

Malestar interno

Lo que acaba de revelar Orlando Jorge Mera sobre la situación interna del Partido de la Liberación Dominicana debería ser motivo de preocupación para su dirigencia, tanto para la que todavía hace vida partidaria como para la que mudó su nido al Palacio Nacional, siempre y cuando -desde luego- las cosas sean del tamaño que las pinta el secretario general perredeísta. Dice Jorge Mera que dirigentes peledeístas le confiaron que, debido a su crisis interna, el PLD no está en capacidad de pactar ningún tipo de acuerdo que permita una salida a la crisis que afecta a una gran cantidad de juntas municipales, como tampoco ha sido capaz de dar cumplimiento a lo ya acordado en aras de la siempre necesaria gobernabilidad. Si eso es cierto quiere decir, simple y sencillamente, que las heridas provocadas por la derrota del danilismo a manos del presidente Fernández siguen abiertas, en estado latente, doliendo y sin cicatrizar; o como dice el pueblo llano y sabio, quemando por abajo como candelita de basurero. La cosa no es tan grave como para poner en peligro la integridad de un partido que se encuentra en pleno proceso de expansión y crecimiento, ni tan irrelevante como para que se le subestime o se le ignore.

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