La rendición de cuentas o balance de gestión a que individualmente se han lanzado las secretarías de Estado y no pocos organismos de mucho manejo de recursos ha llenado los buzones periodísticos de nuevas publicaciones, incluyendo gruesos álbumes de alto costo de impresión. Todos quieren dejar constancia de sus realizaciones; mientras también se da mucha difusión en canales televisivos a las diversas inversiones, desde las más necesarias y útiles, hasta algunas que se hicieron para fasto y francachelas como la costosa remodelación de un gran club social. En sentido general, se dirá, los impresos contienen información de valor que merece ser colocada en los archivos de prensa. Lo único es que el ingreso de todo ese material puede equivaler, en la mayoría de los casos, a una multiplicación de lo que ya está. La prensa dominicana, de la que a veces se quejan algunos altos funcionarios, tenía registrado todo lo que se hizo en los últimos cuatro años, aunque, como es lógico suponer, la historia se escribe tambien con las quejas y protestas de la gente por aquello que los gobiernos dejan de hacer.
Ingenieros en pie
Más de trescientos contratistas que realizaron trabajos para la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado se mantenían en vigilia desde el sábado frente a la sede del organismo, en ruego por el pago de unos 800 millones de pesos que alegaban les debían por proyectos que, en muchos casos les obligaron a invertir dinero de sus bolsillos o a contraer deudas.Algunos llegaron a decir, con pesar, que entre las obras que con fanfarría el gobierno ha inaugurado últimamente, o difundido en la propaganda de sus realizaciones, figuran algunas de las que ellos construyeron y no han podido cobrar. El nerviosismo y la insistencia de los contratistas viene de la tradición que hace fallar aquí la continuidad del Estado. Los reclamantes temen, y con buenos motivos, que confrontarían dificultades para que las nuevas autoridades reconozcan sus acreencias.
Algo es algo
La tendencia a la baja en los precios del arroz da cierto ánimo a muchas amas de casa que vienen de enfrentar en meses atrás, escandalosas alzas en el cereal por excelencia de los hogares dominicanos. Las cotizaciones del alimento han ido, paso a paso, colocándose un poco más al alcance de los consumidores y ayer la libra se movía entre 14 y 17 pesos. Otro alivio lo representa el descenso de unos tres pesos por galón en todos los combustibles aunque fuera del país petróleo ya sobrepasa en mercados internacionales el precio de 46 dólares, lo que augura que la gasolina y el gasoil que se distribuye en el país retornará de inmediato al proceso de ascender. Para desgracia nuestra, los países ricos tienden actualmente a ver los incrementos del crudo como tolerables para sus economías , lo que sería comprensible, pues en naciones como Estados Unidos y Canadá, responden a las alzas de carburantes haciendo más eficiente el consumo. Sépase que ya hay algo peor que el alto precio del petróleo y es el hecho de que los grandes centros del capitalismo moderno dejen de preocuparse por eso.