Qué se dice
El que no llora…

Qué se dice<BR><STRONG>El que no llora…</STRONG>

Se queja Orlando Jorge Mera, el juvenil secretario general del PRD, de los dirigentes que llevan los trapos sucios del partido a los medios de comunicación en lugar de lavarlos en casa, puertas adentro como mandan el pudor y las buenas costumbres, en obvia alusión a las críticas públicas vertidas por el doctor Rafael Suberví Bonilla a la forma en que se conformó la boleta perredeísta a raíz de la concertación de la Alianza Rosada, en las que se habló hasta de la sustitución irregular, al margen de la ley electoral, de por lo menos cien candidaturas ganadas en buena lid. Tal vez no sepa Jorge Mera, por no haber visto el programa de televisión en el que el dirigente hizo su denuncia, que este previamente advirtió a sus productores que se referiría al tema porque en su partido se había cansado de expresar sus quejas sin que sus compañeros le hicieran el menor caso. Si eso es así Suberví Bonilla simplemente ha utilizado la única tribuna -la opinión pública- dispuesta a escuchar su lamento, único desahogo posible ante la frustración de haber descubierto, demasiado tarde, que sus adversarios internos organizaron una gran fiesta, repartieron a su gusto el pastel y las golosinas, y ni siquiera lo invitaron.

Sombrío anuncio

  El anuncio no puede ser más ominoso: la mancuerna electoral entre el PRD y PRSC, rebautizada como la Gran Alianza Electoral, acaba de proclamar su respaldo «100%», y de manera «absoluta», al proyecto de ley que crearía la provincia Ramón Matías Mella dentro de la provincia Santo Domingo, de la autoría del senador Tonty Rutinel Domínguez. Quiere esto decir, para que nos vayamos haciendo una idea de lo que se nos viene encima, que las bancadas de ambas organizaciones en el Congreso Nacional, que conforman una mayoría aplastante en la actual correlación de fuerzas, harán todo lo que esté a su alcance y mucho más para imponerle al país una nueva fragmentación de su territorio con el único propósito de ampliar la oferta de cargos electivos a nuestra insaciable clase politica. Y como si eso fuera poco, el respaldo «100%» incluye también la propuesta del autor del adefesio de que, seis meses después de promulgada la ley que crea la nueva provincia, sean celebradas elecciones para escoger sus autoridades municipales y congresionales. Que Dios nos coja confesados.

La fuerza de los débiles

  Mucha gente pensó, a raíz de su último encontronazo con el secretario de Turismo Felucho Jiménez, que el doctor Max Puig bajaría el tono de su oposición a los planes de explotación turística de Bahía de Las Aguilas que auspicia el gobierno, sobre todo porque ese malsonante pleito llevó a ambos funcionarios al Palacio Nacional, donde «fumaron la pipa de la paz», pero su reciente señalamiento sobre la intención especulativa que a su juicio se esconde detrás de esos planes desarrollistas da un mentís rotundo a esa creencia. La firmeza de criterio mostrada por el  Secretario de Medio Ambiente, que lo ponen de frente a una de las figuras más emblemáticas del peledeísmo histórico, tiene sin duda sus méritos tratándose de un pleito en el que Puig, presidente de un pequeño partido miembro de la oficialista Alianza Progresista, luce como la parte más débil de la soga, aunque no faltará el chusco que diga que esa debilidad es, en las presentes circunstancias electorales, su mayor fortaleza. ¡Paradojas de la política!

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