La encuesta Clave-Noxa-SIES, en la que Amable Aristy Castro aparece en el tercer lugar de las preferencias con una intención de voto del 17%, es un rotundo y definitivo tapaboca a sus críticos dentro del fragmentado PRSC, pues no solo constituye el doble del 8% obtenido por el reformismo en las elecciones presidenciales del 2004 sino que lo  convierte también en el candidato de mayor crecimiento en la preferencia de los electores.

Esos sorprendentes resultados probablemente tienen que ver con sus ya famosos cacerolazos, con su repartidera de papeletas, gallinas, cerdos, canastillas para embarazadas y mosquiteros, entre otras chucherías, precisamente el estilo de campaña que uno de los últimos en desertar del reformismo calificó de “desfasada”, y se han producido muy a pesar de la consistente labor de sonsacamiento de dirigentes  que viene realizando el gobierno y sus Aliados del Consejo Presidencial Reformista en procura de debilitar sus bases de sustentación dentro del PRSC. Sean cuales sean las razones del repunte de Aristy Castro, lo cierto es que su impacto en el electorado ha superado  las expectativas hasta de los propios reformistas, sobre todo de aquellos que ahora es que se están dando cuenta que abandonaron el barco antes de tiempo.

Para consumo interno

El ingeniero Miguel Vargas Maldonado acaba de quitar de en medio el único obstáculo visible que impedía la integración a los trabajos de campaña de los sectores que en el PRD  todavía se mantienen en la gatera, como el de la doctora Milagros Ortiz Bosch, al comprometerse de manera solemne, y en presencia de testigos, a someter al Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional que elimine la figura de la reelección presidencial en dos períodos consecutivos, desde luego siempre y cuando resulte ganador de las elecciones de mayo venidero. La reacción de la ex secretaria de Educación y ex vicepresidenta de la República no se ha hecho esperar, como si solo estuviera esperando ese banderillazo para sumarse al coro, afirmando que los compromisos anunciados por el candidato presidencial perredeísta deben llenar de optimismo a todas las personas e instituciones  comprometidas con el verdadero avance de la democracia dominicana. Hay quien piensa, sin embargo, que la candidatura de Vargas Maldonado  necesitará mucho más que el optimismo, la energía y la experiencia que puedan aportar doña Milagros y su gente para salir del estancamiento que señalan las últimas encuestas.

   Un plan que puede esperar

El presidente Leonel Fernández anunció con bombos y platillos, como parte fundamental del Plan de Ahorro de Combustibles presentado al país, la compra de las acciones de la Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo, pero varios días después de ese anuncio nos enteramos, por boca del secretario de Hacienda Vicente Bengoa, de que esas negociaciones ni siquiera se han iniciado, que nadie del Gobierno se ha reunido con representantes de la firma holandesa para discutir detalles tan importantes como el precio a pagar, así sea aproximado, por esas acciones, lo que quiere decir que la cosa todavía no pasa de una declaración de intenciones. Analistas y observadores han señalado que la parte más concreta  y realizable del paquete de medidas anunciado por el mandatario es, precisamente, el de la compra de las acciones de la Shell, que el resto de disposiciones están todavía muy crudas (el propio presidente Fernández acaba de anunciar que, en el caso del biodiesel que usarán los autobuses de la OMSA y los equipos de gas natural que se instalarían en los carros del concho habrá que esperar hasta el mes de febrero) pero por lo que se deduce de lo declarado por Bengoa la compra de las acciones de la Shell tampoco será de ahora para ahorita. ¿Qué nos queda? Un plan de Ahorro de Combustibles que, a pesar de su urgencia, deberá esperar a que pasen las fiestas navideñas, los Santos Reyes Magos y la vieja Belén para empezar a ofrecer resultados.