Qué se dice
Engalanando el Palacio

Qué se dice<BR><STRONG>Engalanando el Palacio</STRONG>

La decisión del gobierno de abrir en el Palacio Nacional una galería de ex presidentes dominicanos, incluido Rafael Leónidas Turillo, El Jefe, podría provocar, conociéndonos como nos conocemos, vivas polémicas y severas recriminaciones, a pesar de que el propósito oficial haya sido tan solo «rescatar un poco de historia». En esa galería, que estará ubicada en la segunda planta de la casa de gobierno, estarán también Pedro Santana, Buenaventura Báez y Ulises Heureaux, figuras históricas signadas por la polémica, como lo han sido también, más recientemente, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Joaquín Balaguer y el profesor Juan Bosch. Se ha decidido, al parecer, elevar a ese parnaso a todo el que haya ejercido la Primera Magistratura de la Nación sin importar cómo llegó a ella ni la naturaleza de su gobierno, probablemente para evitar estériles discusiones sobre los merecimientos, supuestos o reales, de los que allí figuren. Ahí estarán, reburujados, mansos y cimarrones, déspotas y demócratas, títeres y vendepatrias. En fin, la crema y nata que ha hecho posible este fallido paraíso tropical digno de mejor suerte.

Divide y vencerás

  Así de simple parece ser la estrategia a la que ha recurrido el peledeísmo para contrarrestar la Alianza Rosada, que mañana recibirá un nuevo impulso con la bendición pública del presidente Fernández, en un acto a celebrarse en el Club Mauricio Báez, a un nuevo «acuerdo electoral», como lo ha definido –sin el más mínimo rubor– Héctor Rodríguez Pimentel, con la nueva camada de disidentes del PRSC. ¿Conseguirá ese «acuerdo electoral» dispersar de tal manera el voto reformista que neutralice los efectos de la mancuerna entre el PRD y el PRSC? Eso habrá que dejárselo al tiempo o a los oráculos políticos del patio, que para eso les pagan. Mientras tanto nuestros partidos, con sus alianzas, pactos, acuerdos de aposento y demás concubinatos electorales siguen enriqueciendo la «carta de colores» de la política vernácula, lo que de seguro nos reservará, de aquí al 16 de mayo, nuevas y curiosas combinaciones.

Subdesarrollo

  Mucha gente encontrará razones para criticar la actitud del mayor general Bernardo Santana Páez, quien aprovechó la inauguración de las nuevas instalaciones de la Fiscalía del Distrito Nacional en el Palacio de la Policía para expresar su desacuerdo con la presencia de los fiscales adjuntos en los destacamentos, tal y como establece el Códico Procesal Penal, por considerar que proyectan la imagen de un país subdesarrollado, pero no hay que crucificarlo por eso. Si acaso, recordarle que en muchos de nuestros barrios son frecuentes las denuncias de torturas en los destacamentos, o advertirle que los intercambios de disparos, tal y como nos muestran elocuentemente los periódicos de los últimos días, siguen siendo uno de los métodos favoritos de la institución del orden para hacer frente a la delincuencia. Ninguna de esas acciones, desgraciadamente, se corresponde con el comportamiento de la policía moderna y desarrollada que se merece el país y que sin duda le gustaría dirigir al general Santana Páez, pero para disfrutar de ese lujo todavía falta mucho.¿Para qué engañarse entonces?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas