Qué se dice
Espaldarazo

<STRONG>Qué se dice<BR></STRONG>Espaldarazo

Puede que el mayor general Guillermo Guzmán Fermín, bajo la mirada atenta y vigilante de una prensa que ya empieza a mostrar señales de alarma por la gran cantidad de supuestos delincuentes muertos en intercambios de disparos en su corta gestión (14 en los últimos 16 días), no esté tan solo en su propósito de enfrentar con mano dura a una delincuencia desbordada, que no se deja intimidar y que ha dado sobradas demostraciones de que está dispuesta a enfrentar cara a cara, con las armas que sea, a la autoridad que intente someterla.

El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez acaba de darle un valioso espaldarazo -no hay otra forma de interpretar sus declaraciones- al jefe policial, convencido de que luchamos contra una delincuencia que “solo entiende de tiros, violar y desconocer la ley”. Por supuesto, López Rodríguez no es el único que piensa de esa manera, como puede comprobar cualquiera que haga una encuesta en su centro de trabajo, en su barrio  o el supermercado donde hace sus compras.

Entre políticos

Cuando Orlando Jorge Mera, Víctor Gómez Casanova y Reinaldo Pared Pérez anunciaron, en rueda de prensa conjunta, que las tres principales fuerzas políticas del país habían logrado ponerse de acuerdo en torno a composición de las juntas distritales, se creyó estar en presencia de un hecho  extraordinario en nuestra historia  política,  donde cada quien, desde los tiempos de concho primo, ha jalado siempre para su lado, que suele ser el mismo donde también están sus mezquinos intereses. Lo que ocurrió después es historia conocida: la aprobación de la nueva ley municipal desató por igual las ambiciones de peledeístas, reformistas y perredeístas, y el Pacto por la Gobernabilidad Municipal  anunciado con bombos y platilos se fue al carajo, generando una crisis a la que todavía no se le ve solución. Para rebosar la copa,  el síndico de Santiago, José Enrique Sued,  acusa ahora a la “alianza nefasta” de Víctor Gómez Casanova y Orlando Jorge Mera de lo que está ocurriendo en una gran cantidad de juntas distritales en todo el país, por haberse dejado enredar -dice- por el presidente del Senado Reynaldo Pared Pérez. Moraleja: lo que nuestros políticos hacen con las manos, lo desbaratan con los pies.

Falsos inspectores

Usted puede pasarse toda una vida sin toparse, conocer o tener la oportunidad de interactuar con ese especimen de nuestra hipertrofiada administración pública llamado Inspector del Ayuntamiento hasta el día que se le ocurre hacer una reparación en su casa o construir un anexo; como moscas tras el basurero, aparecen no bien empiezan a acumularse los materiales frente a la obra. Con aire de perdonavidas y pinta de buscón arranca recrimándote la violación de cuchicientas leyes y ordenanzas municipales, luego amenaza con detener la obra a medio talle para finalmente, como quien de repente recuerda que también hay bondad en el corazón humano, te dice que a pesar de todo a “la situación” se le puede buscar la vuelta, lo que en realidad equivale a la forma mas directa de extorsionarte descaradamente y que encima te creas que te hacen un favor; en el caso de los constructores el favor sale más caro, pero el modus operandi es esencialmente el mismo. Todo esto a propósito del anuncio del ayuntamiento del Distrito Nacional de que sometió a la justicia a los miembros de una banda que, haciéndose pasar por inspectores de su Dirección de Planeamiento Urbano, extorsionaba a ingenieros y empresas constructoras con la amenaza de paralizarles las obras si no accedían sus exigencias. La pregunta es capciosa, pero necesaria: ¿los acusarán de usurpación de funciones o de competencia desleal?

Publicaciones Relacionadas