Ojalá la actual jefatura policial comprendiera todo lo que hay envuelto en la sospechosa fuga de dos oficiales y un sargento que se encontraban “detenidos” en el Comando de Operaciones Especiales acusados del asesinato a mansalva de tres jóvenes en los Guaricanos el pasado primero de mayo: la confianza ganada a pulso entre una ciudadanía con suficientes razones para descreer de la eficacia e idoneidad de la institución llamada a protegerla. ¿Quién le va a creer al teniente general Bernardo Santana Páez que los sospechosos escaparon aprovechando un “descuido” de sus custodias? ¿Cómo no sospechar algún nivel de connivencia o complicidad de un oficial superior en esa truculenta escapatoria? Santana Páez encomendó al inspector general de la Policía Nacional, el mayor general José Domínguez Castillo, investigar la forma en que se produjo la supuesta fuga, pero el daño, lamentablemente, ya está hecho.

El informe

Un informe del Banco Mundial sobre la violencia juvenil en el Caribe, con énfasis en la República Dominicana, dado a conocer a principios de la semana pasada advertía sobre la necesidad de invertir más recursos para mejorar la calidad de vida en los barrios marginados como medida de prevención de la violencia y la criminalidad, fenómeno que en el país se ha incrementado en los últimos años con una cada vez más amplia participación de la juventud. El informe, reproducido por los principales periódicos del país, suscitó sin embargo muy pocos comentarios, sea porque llegó en medio del tráfago de la contienda interna peledeísta o porque, simplemente, decidimos ignorar su ominoso contenido a pesar de que nos atañe directamente, y de qué manera. Ayer mismo, por ejemplo, uno de nuestros diarios nos informó del apresamiento en Santiago de un niño de 13 años cuando intentaba atracar, junto a otro menor que logró escapar de la Policía, una farmacia.

Amabilidades

Amable Aristy Castro tiene fama, en el mundo de la politiquería criolla, de que nunca le dice que no a nadie, lo que si bien puede resultar redituable en un mercado electoral dominado por el clientelismo y el “dame lo mío” provoca grandes dolores de cabeza entre sus colaboradores, que son los que finalnente tienen que dar la cara dada la excesiva amabilidad del secretario general de la Liga Municipal Dominicana. Pero esa no es la única “virtud” de don Amable, quien ha convertido en una práctica de vida la afirmación de que en política siempre será mejor sumar que restar, aunque ello signifique contemporizar con quienes, en determinadas circunstancias, están llamados a ser sus más enconados enemigos. Es lo que explica que el precandidato presidencial del PRSC se apresurara a declarar públicamente, antes de que se produzca algún malentendido, que rechaza el sometimiento a la justicia del canciller Carlos Morales Troncoso, a quien definió como su amigo, por la usurpación de los símbolos del PRSC interpuesta ante la Suprema Corte de Justicia por los abogados el ingeniero Federico Antún Batlle, presidente de esa organización.