Qué se dice
Guerra avisada

Qué se dice<BR><STRONG>Guerra avisada</STRONG>

Atención a los aspirantes a la Presidencia de la República dentro del Partido Revolucionario Dominicano, tanto los que se han lanzado al ruedo diciendo de manera abierta que aspiran a terciarse la ñoña como los que todavía permanecen a la espera de una señal divina o cualquier otra providencia: el ingeniero Ramón Alburquerque ha dicho con toda la claridad de que ha sido capaz que es inconstitucional el artículo de los estatutos del partido que le prohíbe, en su calidad de autoridad máxima de la organización, optar por la primera magistratura de la nación, por lo que no está obligado, ni se le puede obligar, a respetarlo. Las declaraciones de Alburquerque han disparado, como era de esperarse, algunas alarmas dentro del PRD, sobre todo entre aquellos de sus compañeros que siguen de cerca sus tejemanejes para poner a «su» gente en puestos claves, maniobras a las que atribuyen la intencionalidad de crear la plataforma partidaria que posibilite, llegado el momento, su candidatura, por lo que ya apuran los preparativos para darle la respuesta que sus precisiones constitucionales merecen. Los mantendremos informados.

Ciudad posible

  Los capitaleños han tenido la oportunidad de enterarse, gracias a las propuestas electorales de los principales aspirantes a la sindicatura del Distrito Nacional, Roberto Salcedo y Alfredo Pacheco, que ciertamente existe esa otra ciudad, producto de la imaginación de quienes aspiran a dirigirla, a la que es posible mantener limpia y ordenada y sus semáforos funcionando, con hermosas y bien cuidadas áreas verdes, calles bien asfaltadas y mejor iluminadas, segura para el peatón, divertida para los niños y acogedora para los envejecientes y minusválidos; en fin, una ciudad moderna y bien planificada, que no se inunde con cualquier aguacero y que se haya librado de la pesadilla de la falta de parqueos en su viejo casco colonial. Tanto Salcedo como Pacheco han sido generosos a la hora de prometer soluciones para una ciudad en la que prácticamente está todo por hacerse, pero esa «ciudad posible» que tanto invocó, como slogan de su gestión a punto de finalizar, el síndico Salcedo, sigue siendo una hermosa promesa de campaña.

Juez y parte

  Bien sabido es que el dirigente reformista Amable Aristy Castro está sumamente atareado en estos agitados días electorales, pero como todavía es presidente de la benemérita Liga Municipal Dominicana, institución rectora de los ayuntamientos del país, es a quien hay que llamar la atención sobre lo que ocurre en el ayuntamiento de Salcedo, ocupado por tropas policiales en previsión de desórdenes luego de que el PRD y el PRSC convocaran a sus militancias a protestar frente a la sede del cabildo por las cancelaciones de varios funcionarios a manos de peledeístas y perredeístas «traidores». Se trata, como se ve desde lejos, de un conflicto político desbordando el escenario municipal, precisamente la razón por la que hay gente en Salcedo muy preocupada por lo que pueda suceder. ¿Podrá Aristy Castro servir de mediador en ese conflicto, como ha ocurrido en otros ayuntamientos, a pesar de que la concretización de la Alianza Rosada, de la que fue el gran artífice, lo convierte en juez y parte?

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