Que se dice
¿Hasta cuándo?

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La sabiduría popular las ha bautizado, con ese humor negro que sabe imprimirle a muchas de sus creaciones un pueblo que, como el dominicano, ha aprendido a reirse de sus propias desgracias, con el nombre de “voladoras”, una descripción bastante gráfica basada en las características de un medio de transporte público que hemos permitido que se convierta en un peligroso instrumento de muerte que el pasado lunes se cobró otra vida; la de la bioanalista Antonia Castro Vargas, quien murió instantáneamente cuando el minibús en que viajaba como pasajera sufrió un espectacular accidente en la intersección de las avenidas San Martín y Ortega y Gasset debido a que su conductor  venía echando carreras con el de otro  minibús.

No es la primera vez que la competencia entre autobuses del transporte público termina en una desgracia y parece que tampoco será la última, por lo menos mientras AMET y sus agentes sigan haciéndose los desentendidos frente a los desmanes de los choferes de los grandes sindicatos, a los que por algún motivo parecen tener miedo de sancionar. La muerte de Antonia Castro Vargas, quien dejó en la orfandad a sus dos hijos, nos recuerda que ha llegado el momento de que eso empiece a cambiar.

Zona de riesgo

El incidente en que murieron acribillados a balazos tres reclusos cuando -según la versión oficial- intentaban escapar de la cárcel pública de Moca vuelve a poner en evidencia el peligro al que se exponen quienes residen en sus alrededores, pues varios de los disparos destinados a los prófugos fueron a impactar a sus viviendas. A la fortaleza Dos de Mayo, construída durante la Era de Trujillo, le pasa lo mismo que a la vieja fortaleza La Concepción de La Vega, utilizada también como recinto penitenciario, pues aunque fueron construídas  en las afueras de la ciudad, donde no molestaban a nadie, por obra y milagro del explosivo desarrollo urbano que han experimentado ambas comunidades han terminado quedando, como quien dice, en pleno centro de la ciudad, con todas las implicaciones negativas que esto supone.  Los veganos se han organizado para pedirle a las autoridades que le muden la fortaleza para otro lugar, y hasta han organizado marchas y realizado protestas, ejemplo que los mocanos, sobre todo los que viven en los alrededores de la fortaleza 2 de Mayo, pueden verse tentados  a imitar.

Patrullaje nocturno

Nadie puede decir que no está de acuerdo  con el doctor Franklyn Almeyda cuando, hablando en calidad de vocero del Consejo de Seguridad Ciudadana, anuncia que será incrementado el patrullaje nocturno que realizan, de manera conjunta, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, como una forma de enfrentar con mayor eficacia y mejores resultados los hechos de violencia y la delincuencia. Estadísticas en poder de las  autoridades revelan que el 55% de las víctimas de asaltos se producen en horas de la noche, cifras que también indican que desde el 2004 a la fecha se ha producido una disminución de un 5% en la tasa de criminalidad, logro que las autoridades atribuyen, legítimamente, a los esfuerzos de contención canalizados a través  de Plan de Seguridad Democrática y su énfasis en el reforzamiento del llamado patrullaje preventivo. Y todo eso está muy bien, pero estaría mucho mejor si como parte de ese esfuerzo se consigue iluminar nuestras principales calles y avenidas, pues la oscuridad en que están sumidas las convierte en el mejor aliado de una delincuencia siempre al acecho y siempre peligrosa.

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