Que se dice
Inequidad presupuestal

<SPAN><STRONG>Que se dice<BR></STRONG></SPAN>Inequidad presupuestal

Los pobres de República Dominicana son en cierto modo los patitos feos de América Latina, pues el gasto social, que indica  lo que el Estado invierte en atender necesidades de la colectividad desvalida,  declinará aún más en el año 2008, lo que está reflejado en el proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos que va  camino al Congreso.

Se calcula que el gobierno dominicano destinará al desarrollo humano y a la asistencia a los más necesitados un porcentaje  del PBI del 7.6%, mientras el promedio para el resto de América Latina es de un 13.5%. El gobierno dominicano pertenece por ello al insensible club de las administraciones que menos recursos dedica a la gente, aunque siempre se trata  mediáticamente de causar la impresión de que sucede lo contrario.

En cambio, por falta de voluntad política –algo que siempre se debilita cuando el reeleccionismo está al ataque- el Estado opta por no mover un dedo contra las distorsiones que convierten a muchos ricos, y al grueso de los transportistas ineficientes, en beneficiarios de los cuantiosos capítulos de subsidios a la energía, el gas propano y el gasoil. Por eso se pospuso la entrada en vigencia de la ley que permitiría castigar los grandes fraudes en el uso de electricidad en barrios de primera y empresas grandes. Por eso el contribuyente seguirá sacrificado para sustentar el precio barato del GLP, que al no estar focalizado en las amas de casa de bajos recursos, beneficia excesiva y costosamente a quienes menos lo merecen.

Altos merecimientos

La Clínica Corazones Unidos ha traído a la atención  nacional a ese médico de loables servicios a la sociedad dominicana que lleva el nombre de Ángel Chan Aquino. Este eminente cardiólogo, pionero de la cirugía de corazón abierto en el país, fue homenajeado antier por la citada entidad junto al doctor Ludovino Sánchez, destacado asistente de Chan. Los nombres de ambos fueron asignados a los principles quirófanos de Corazones Unidos, uno de los  centros  de ejercicio privado de la medicina  de mayor importancia en Santo Domingo.

Del doctor Chan Aquino se destacan no solamente sus altas condiciones profesionales y sus aportes históricos al desarrollo de la medicina. También hay que referirse a  su altruismo al destinar parte del patrimonio logrado con el trabajo honesto a impulsar el avance científico en República dominicana.  Vivimos en un medio lastimando por mezquindades y rebatiñas entre los sectores que deberían propiciar la marcha armoniosa y efectiva de los servicios de la Seguridad Social. Mencionar con agradecimiento los nombres de médicos que se destacan por dar de sí más que por recibir, es una forma oportuna de señalar ejemplos luminosos de cumplimiento del deber. Honor a quien honor merece, a ver si bajo ese estímulo otros miembros de esta sociedad asumen posiciones más constructivas.

Contra los excesos

Causaba impresión comprobar antier viernes que la afluencia a la consulta de hospitales públicos se redujo drásticamente, como si el ciudadano común hubiera optado por no enfermarse por que ahora lo que toca es celebrar en grande (no siempre con sentido de paz y de   buena voluntad, como se dice). Lo malo es que ese espíritu festivo, capaz  de hacer olvidar las enfermedades y hasta “sanar” a los individuos, coincide con la libertad total para beber en sitios públicos, lo que augura que entonces la demanda de asistencia hospitalaria se mude abrumadoramente hacia las salas de emergencia. Se recuerda que al ser establecida, la veda alcohólica tuvo el benéfico efecto de reducir la cantidad de heridos e intoxicados que acudía a los centros públicos  y privados a causa de la violencia y  los accidentes de tránsito, hechos exacerbados por el consumo irresponsable de bebidas alcohólicas.

Las autoridades hablan de difundir  exhortaciones y prédicas sobre el común de la gente para que celebre las navidades con comedimiento, pero en toda sociedad que disponga de autoridades que  protegen eficazmente  a la ciudadanía de tales excesos, el peso de la ley no toma descanso. La conducción temeraria de vehículos y otras conductas ofensivas relacionadas con la ebriedad se persiguen y castigan. El cumplimiento de la ley no puede ser tan idílicamente voluntaria como a veces aquí se pretende para no meter en cintura a los vulneradores de la convivencia.

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