Qué se dice
Inequidad y reelección

<STRONG>Qué se dice<BR></STRONG>Inequidad y reelección

Al crear los “cofrecitos” de dinero del Erario público para labores sociales y proyección de imagen de los senadores de la República, esos legisladores han inclinado la balanza de las posibilidades electorales a su favor. Esto representa una injusta desigualdad “legalizada” con una abundancia de recursos, con los que ahora podrían aspirar a reelegirse colocando a sus futuros adversarios en total desventaja con el disfrute unilateral de recursos de los contribuyentes. Un empleo aplastante y éticamente cuestionable de esos recursos del poder. En el 2010 la democracia va a estar acorralada por los tremendos privilegios que los senadores tomaron sin respeto a la equidad. Se podría decir que el sistema electoral cae, para lo legislativo, en un desbalance, y si la Junta dice que no puede hacer nada frente a los Presidentes de la República que se apoyen en el Estado para acudir con superioridad abrumadora  a buscar la reelección, menos podrá reaccionar en contra de los “cofrecitos” o “barrilitos”. Proclamar que la democracia va hacia delante en este país es algo que está perdiendo fundamento.

Hablando de puentes malos
Los santodominguenses han sido testigos de un impresionante deterioro acelerado de un puente: el que lleva el nombre ilustre de Juan Bosch. Las barandas  y protectores de metales de la flamante estructura se pudrieron y algunos tramos cayeron hacia el río Ozama, antes de que se cumplieran dos años de su inauguración.

 Un fracaso de  la ejecución del diseño que ha obligado a las autoridades dominicanas a emprender una costosa reparación que para ser plenamente efectiva consumiría algunos millones de pesos a lo largo del puente y en ambos laterales. ¿Se les ha pedido cuenta a los constructores privados o el contrato dice que ellos no son responsables en absoluto del deterioro que tan rápidamente sufra la costosísima obra? En Minneápolis, Estados Unidos, acaba de colapsar un puente y varias de las personas que transitaban por la vía en ese momento cayeron al río con sus automóviles. Algunos murieron o fueron dados por desaparecidos. La causa de la caída debe heber sido de orden estructural; por fallas en las bases mismas del puente. Ese no sería el caso del puente Bosch, por lo menos en lo que está a la vista, pero alguien debe garantizar que los puntos de apoyo de la enorme estructura no fueron construidos con algún grado de desprecio a la calidad de materiales como ocurrió con la  parte de rodamiento y peatonal de la obra.

Medicaciones peligrosas
Hay muy difundidas en el país dos conductas de riesgo para la salud humana. Una es la automedicación. El vecino, el amigo, el compadre le dice al enfermo que tome esto o que tome aquello, sin que intervenga un profesional de la medicina.

La otra práctica peligrosa  deviene de un exagerado culto a la llamada medicina natural o popular. A todo cuanto nace de la tierra se le están atribuyendo propiedades medicinales, algo que aunque tenga algún fundamento, necesita el estudio y la precisión de las ciencias modernas. En medio de una tolerancia total, la berenjena,  o el ajonjolí y cuantas hojas hay, son difundidos  como panaceas por todos los recursos de comunicación vigentes. 

Con frecuencia no se exponen las pruebas certificadas por profesionales de la medicina para atribuir esa magia a los vegetales y frutas. Incluso, a veces las aseveraciones las hacen unos médicos de la  “postmodernidad” que parecen creer más en los brebajes que en la Penicilina. Nunca escucharemos  a algún reconocido científico de la medicina, y de éxito en el ejercicio, como José Joaquín Puello, Abel González o Rafael Gautreau recomendando tisanas, ni champolas de cebolla, rábano y ajo. Apoyándose en el hecho cierto de que la autosugestión puede obrar en beneficio del cuerpo (por eso dan resultados algunos placebos) promotores de medicinas no garantizadas químicamente  hacen zafra en República Dominicana.

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