QUE SE DICE
La consulta

QUE SE DICE<BR>La consulta

Doña Ivelisse Prats de Pérez adelantó algunos detalles de la Consulta Nacional a la Militancia, que según la veterana dirigente política recogió el repudio de las bases al grupismo, así como su rechazo a la reelección, que desean ver expresamente prohibida en los estatutos del partido. Esa consulta, celebrada a nivel nacional, abarcó desde los aspectos doctrinarios hasta los organizativos, entre otras cuestiones de alto interés como el padrón electoral o la forma de validar los procesos internos, pero la Comisión Modernizadora y Organizadora de la Convención, que preside doña Milagros Ortiz Bosch, ha sido tímida en la divulgación de sus hallazgos. Esa timidez ha llevado a muchos mal pensados a sugerir que esa consulta fue, en realidad, un fracaso debido a la pobre participación de la militancia, pero lo cierto es que se trata de un documento para consumo interno que no tiene porqué ser conocido, necesariamente, más allá del ámbito partidario. Y lo más importante: sugiere el camino a seguir por aquellos que dentro del PRD dicen haber asumido la responsabilidad de adecuar el partido a los nuevos tiempos, empezando por la tarea más difícil y al mismo tiempo más necesaria: la renovación, tantas veces aplazada, de su dirigencia.

Un problema de mercado

Quienes abrigaban alguna esperanza de que las nuevas autoridades educativas plantarían cara al problema que representan las altas tarifas que cobran algunos colegios privados, en muchos casos consideradas francamente abusivas, pueden empezar a desencantarse desde ahora, tras lo dicho por doña Alejandrina Germán: los colegios privados operan con las reglas del mercado, por lo que siempre será muy poco lo que pueda hacerse, desde la autoridad oficial, para regular o imponer límites a lo que cobran esos centros educativos. La secretaria de Educación fue enfática, sin embargo, al definir la responsabilidad fundamental del Estado en este caso, que no es otra que garantizar la calidad de la educación pública, de tal manera que los padres y las madres de familia puedan enviar sus hijos a una escuela con la tranquilidad de que recibirán una formación capaz de competir con el sector privado. Quienes conocen, así sea superficialmente, cómo anda la educación pública dominicana saben lo mucho que falta para que se cumpla la meta esbozada por doña Alejandrina, sobre todo para que esa competencia se traduzca en una reducción sensible en el presupuesto que muchas familias destinan a la educación de sus hijos.

Macuteo S.A.

La denuncia la hizo a esta columna una persona que acaba de regresar de Europa, donde realizó estudios de especialización profesional durante varios años, sorprendida de que en el aeropuerto Las Américas las cosas hayan cambiado tan poco en lo que se refiere a una práctica que, como el macuteo, debimos haber superado -según sus optimistas cálculos- hace mucho tiempo, por lo menos de la manera abierta y descarada que le tocó vivir a su regreso al lar nativo. Cuenta la denunciante que aprovechando la aglomeración que se produce, una vez los viajeros recogen sus equipajes, antes de ser chequeados por los inspectores de mesa, a alguien se le ocurrió el buen negocio de proponer a ciertos viajeros, de manera discreta pero muy bien coordinada, ahorrarse la larga y molesta fila por el módico precio de cinco euros o dólares (si es mucho equipaje la tarifa es el doble), con lo que es posible salir de manera discreta del área sin ser molestado y sin que le chequeen el equipaje. Lo grande del caso es que la susodicha, que en la semana que lleva en el país ha tenido que hacer alguno que otro papeleo para actualizar sus documentos, ha terminado encontrándose el macuteo del aeropuerto una auténtica ganga.

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