Al igual que en ocasiones anteriores, cuando nos ha tocado cumplir con un trámite tan normal y rutinario para cualquier ciudadano o ciudadana como lo es pagar  impuestos, en este caso el derecho a  la circulación a través de la renovación de los marbetes de los vehículos de motor, aparece alguien pidiéndole al gobierno la consabida prórroga.

En esta oportunidad el solicitante, Ramón Pérez Figuereo, cree tener una excelente razón para avalar su petición: el estado de emergencia que vive el país tras el paso de la tormenta tropical Noel, por lo que sería “inhumano e imprudente” imponerle al abatido contribuyente el pago de un recargo en medio de tan tristes circunstancias. Según el presidente de la Central Nacional de Transportistas Unificados de las 35 mil unidades afiliadas a la organización más de 10,000 no han podido adquirir el nuevo marbete, la verdadera razón -preciso es señalarlo- por la que pretende una prórroga de 20 días, sin recargo alguno, para sacar el marbete y parece que la Dirección General de Impuestos Internos está dispuesta a complacerlo. ¿Cómo llegar a ser el Estado moderno al que aspira el gobierno del presidente Fernández mientras continuemos  premiando nuestra pésima costumbre de dejarlo todo -incluído el pago de nuestras obligaciones tributarias– para última hora?

Pan chiquito

Dicen que el pan chiquito nadie lo quiere, mucho menos estando tan caro. Y lo estará mucho más todavía, pues la Unión de Pequeños y Medianos Industriales de la Harina ha decidido achicarlo aún más alegando pérdidas económicas por el creciente aumento de sus costos.

Héctor Delgado, presidente y vocero de los fabricantes de pan, explica que el pan que costaba 3 pesos ahora será mucho más grande para poder venderlo a cinco pesos, pero seguirán produciendo uno más pequeño que será el que, de ahora en adelante, cueste tres pesos, un lío           que tal vez solo entiendan los panaderos y que simplemente tiene el propósito de que estos no sigan perdiendo dinero. Por supuesto, como el consumidor no pinta nada en ese confuso rejuego a pesar de ser quien pagará más por un producto más pequeño y probablemente también de peor calidad nada tiene que hacer salvo cogerlo o dejarlo, sencillamente porque no tiene a nadie -¡qué doloroso es recordarlo¡- que lo defienda.

Advertencia

Todo el mundo está de acuerdo, una vez sufrido el devastador embate de la tormenta tropical Noel, en que el momento por el que atraviesa el país nos impone que hagamos acopio de entereza y determinación para encarar los daños, algunos de ellos irreparables, que nos ha dejado a su paso el fenómeno atmosférico, sobre todo el caso de la producción agrícola, que al decir del secretario de Agricultura, Salvador -Chío- Jiménez, no tiene precedentes.

 Urge entonces que paralelamente a las atenciones que se preste a quienes han perdido sus hogares y bienes se inicie una evaluación de los daños sufridos por nuestros principales cultivos a fin de determinar lo que puede hacerse, en el más breve plazo, para lograr su rehabilitación.

Es en estas circunstancias cuando los gobiernos están obligados a escuchar a todo el que tenga algo que aportar, a partir de su experiencia, para ayudar al país a  salir adelante, que en el caso de Osmar Benítez, ex vicepresidente de la Junta Agroempresarial Dominicana, puede ser mucho. Benítez advierte, a partir de informaciones preliminares de que dispone, que como consecuencia de los estragos provocados por Noel en nuestra agricultura en los próximos dos meses se producirá una escasez de alimentos tan básicos en nuestra dieta como   arroz, habichuelas, plátanos, yuca, guineo y cebolla, entre otros, situación que podría agravarse con el alza de precios que  sufren en invierno, cuando disminuye su producción, los plátanos y otros víveres.