La vice-síndica del Distrito Nacional, Alexandra Izquierdo, se proyecta como la única funcionaria de «grado dos»  que hará apariciones y tendrá presencia de funcionaria  de  «grado uno». Las invitaciones giradas por su indetenible proyecto político para la ceremonia de juramentación del 16 pasado eran más grandes y lujosas que las que se remitieron en nombre del síndico reelecto Roberto Salcedo, con un solemne  sobre  cerrado con gigantesco sello  en pan de oro, como los que se usan  para anunciar la coronación de alguna reina. Se apareció al acto discurso en mano, pero el protocolo no le permitía pronunciarlo. A continuación lo que todo el mundo ha visto  es que el texto sale a págionas enteras en cada periódico del país. En sentido general , la vicesindicatura  ha sido una condición para «domar banco», por si el titular llega a faltar. Pero es evidente que  Alexandra quiere ser síndico al 50%  con derecho a sobresalir todos los días. Trascendió que está demandando incluso que le asignen tareas administrativas clave. Históricamente, los vices han sido problemáticos en este país y no pocas veces los Número Uno del poder, como pasó con Trujillo, hasta han suprimido esa figura del ordenamiento del Estado por algún tiempo.

O se unen o se hunden
El panorama político dominicano luce bien claro a la luz de las más recientes experiencias. El Partido de la Liberación Dominicana viene de dos triunfos electorales arrolladores y en lo que verdaderamente se ha diferenciado de sus adversacios ha sido en que nunca se ha quebrado su unidad interna. En los predios morados que Bosch dejó sobrevive un sentido de la disciplina y espíritu de cuerpo que da colosales resultados políticos. El PLD venció a un Hipólito equivocado y anti-histórico que los años  anteriores se los pasó peleando con otros personajes y tendencias del PRD. Ademós de la ruptura que su absurdo estilo causó al Jacho con importantes sectores de la sociedad. El éxito electoral siguiente del peledeísmo tampoco resultó difícil porque su contraparte fue una alianza contra natura (rosada, para mayor seña) que primero hizo daño hacia el interior de los partidos asociados y luego  hacia sus afueras. Esta afirmación no es ningún descubrimiento. Lo único es que es ahora cuando los perdedores  lo reconocen. Aquel partido que en el futuro inmediato siga carcomido por guerras intestinas, y no «cambie el chucho» se lo llevará quien lo trajo.

Proyecto en peligro
La cancelación de la visa estadounidense al secretario general de la Liga Municipal Dominicana no solo oscurece el futuro inmediato del exitoso político de oposición.  Es también una complicación mayor para su Partido Reformista Social Crisitano. Amable es una columna del conservadurismo, un discípulo aventajado  de Balaguer con rostro y traje de derecha , y mientras tenga prohibido pisar territorio  norteamericano su carrera política queda un poco paralizada. Pertenece al género de políticos latinoamericanos que pierden sentido si están fuera de la gracia de Washington, más en un país sometido al máximo a la hegemonía de la potencia unipolar como es éste. En el empequeñecido PRSC, la estrella de Amable ha estado en continuo ascenso en la ruta de aspiración a convertirse en el candidato presidencial, tras ser uno de los senadores electos con mayor votación en los pasados comicios.