Como si al fuego le hiciera falta más leña el Colegio Médico Dominicano y la Asociación de Clínicas Privadas insisten en su llamado a paro, de esos que los grupos populares y los huelguistas profesionales llaman “de calentamiento”, para el 30 de este mes en todas las clínicas del país, como una forma de mostrarle al gobierno hasta dónde están dispuestos a llegar en defensa de la recién aprobada tarifa de honorarios profesionales, la nueva manzana de la discordia de la seguridad social.

El anuncio de los médicos y los propietarios de clínicas llega en el peor momento, justo en medio de la crispación que están generando las acusaciones y contra acusaciones que intercambian, con agrio tono, los candidatos presidenciales del PLD, el presidente Leonel Fernández, y el PRD,  el ingeniero  Miguel Vargas Maldonado, y el temor de que esas andanadas sean el preludio de algo peor, como lo sería el deterioro del ambiente electoral y la aparición de la siempre indeseable violencia y sus fatales secuelas.

Genio y figura

Dicen que el estilo es el hombre, algo de la que parece estar plenamente convencido el doctor Bautista Rojas Gómez, secretario de Salud Pública. Es por eso que el funcionario advierte al país que deberá acostumbrarse a los llamados a paros, huelgas y protestas del doctor Waldo Ariel Suero, presidente del Colegio Médico Dominicano, quien no obstante llevar muy poco tiempo  al frente del gremio  cuando ya tiene programado realizar su primer paro. Lo que el funcionario trata de decir es que volveremos a ser testigos de las impopulares huelgas médicas en los hospitales,  pues es el único método conocido por el dirigente gremial para hacer valer sus  derechos, no importa si, en ese esfuerzo, sacrifica a los infelices que acuden a los hospitales en procura de salud y atención. Pero como el doctor Suero es una ficha conocida y fue electo en un proceso democrático por sus colegas hay que asumir que nuestra clase médica  comparten su estilo y sus métodos de hacer valer los que entienden sus derechos. Que les vaya bien.

Un hombre de suerte

En política, como en tantas  cosas de la vida, vale más caer en gracia que ser gracioso. Mientras más de una docena de organizaciones y sus dirigentes andan por ahí quejándose de la injusticia que ha cometido la Junta Central Electoral al no otorgar el reconocimiento legal  a sus organizaciones, con lo que les niega la oportunidad de participar en la colorida piñata en que se ha convertido la democracia  dominicana, otros tienen la suerte de recibir esos beneficios sin ni si quiera completar el papeleo que, ha de suponerse, constituye un requisito indispensable  para ser beneficiarios de los recursos públicos que canaliza el tribunal de comicios hacia los partidos. Es el caso del Partido Popular Reformista (PPR)  que lidera el senador por la provincia Duarte Amílcar Romero, quien a pesar de no haber completado las formalidades reglamentarias luego de su reconocimiento debido a pugnas internas por el control de la organización,  ha recibido alrededor de RD$2 millones. A quien Dios se lo dio…