Los amantes del boxeo saben que cuando un boxeador, en medio del fragor de la pelea, baja completamente sus brazos,  le está diciendo a   su esquina que abandona, que ya no puede más, sea por culpa del  cansancio, los golpes recibidos o sencillamente porque reconoce su impotencia ante un rival al que no está en capacidad de vencer.

Mucha gente ha sentido, tras las declaraciones del presidente de la Junta Central Electoral en las que reconoce que no puede impedir que en los actos oficiales se promueva la reelección del presidente Leonel Fernández, que el tribunal de comicios ha renunciado a una de sus responsabilidades fundamentales, por lo que nada tiene que buscar promoviendo la aprobación de un reglamento que regule tanto el financiamiento como las actividades de los partidos políticos, pues si ese reglamento no sirve para todos, sin excepciones ni privilegios, tampoco  sirve para ninguno. Así de sencillo.

En la clandestinidad

El apresamiento de un empresario chino al que se le ocuparon, en una metalera clandestina que operaba en Villas Agrícolas, restos del busto de bronce del héroe restaurador Gregorio Luperón robado hace algún tiempo, permitirá a las autoridades, y a la ciudadanía en general, entender un poco mejor lo que está ocurriendo alrededor del lucrativo negocio en que se ha convertido el robo de metales en el país. ¿Cuántas metaleras clandestinas, al igual que la del ciudadano chino Chi Keung Fung Wu, están operando en cualquier patio o traspatio de esta inmensa ciudad o en el interior del país? En un esfuerzo para contener un delito para el que las autoridades no han encontrado, todavía, una eficaz respuesta, se han logrado acuerdos y compromisos con las  asociaciones de empresas metaleras, pero es evidente que esos acuerdos y compromisos no obligan a las que operan clandestinamente, al margen de la ley y su mirada vigilante, con absoluta libertad. Añada esta nueva dificultad a la reciente denuncia del presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, de que hay altos militares involucrados en el robo de cables y metales, y tendrá una idea de las dimensiones del problema al que nos enfrentamos. 

Recaudaciones

Al igual como ocurrió con las cervezas y las bebidas alcohólicas, que sufrieron un dramático descenso en sus ventas a causa de las excesivas cargas impositivas, el aumento en el monto de las multas que se imponen a quienes violan la ley de tránsito ha hecho descender sensiblemente la cantidad de las contravenciones impuestas por los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET). El mayor general Sigfredo Fernández Fadul, director de AMET, explicó que el descenso en el número de infracciones alcanza hasta un 45%, lo que supone un significativo descenso en sus recaudaciones, lo mismo que sucedió con los impuestos que recauda el gobierno a través de las cervezas y las bebidas alcohólicas. El gobierno resolvió ese problema enviando al Congreso Nacional una nueva rectificación de la rectificada rectificación fiscal (no es un juego de palabras sino la enumeración de los hechos), pero hasta ahora se ignora qué hará AMET, que ha devenido en una agencia recaudadora más de impuestos, para compensar el descenso de sus ingresos por concepto de multas. ¿Incrementar el número de operativos de persecución contra los  violadores de la  ley de tránsito?