La denuncia no es nueva y, por lo tanto, no debería provocar espanto ni sorpresa, pero si quien hace la denuncia es el presidente de la Cámara de Diputados y a quien acusa de meter de contrabando ONG fantasmas en el Proyecto de Presupuesto, Ingresos y Ley de Gastos Públicos es a su propio gobierno y a sus funcionarios, coincidiendo de ñapa con una denuncia reciente de un senador de la oposición, entonces hay que ponerle un poquito más de atención al asunto.
El doctor Reynaldo Pared Pérez, en su doble condición de presidente del Senado y secretario general del PLD, ha rechazado de inmediato la denuncia, hecha en pleno hemiciclo, del licenciado Julio César Valentín, pero el daño ya está hecho: pocos son en este país los que no están convencidos de que el llevado y traído Presupuesto del 2008 incluye un montón de ONG fantasmas auspiciadas por funcionarios, legisladores o personeros vinculados al gobierno peledeísta, con mayoría en ambas cámaras legislativas, que aprobaron la pieza con absoluto conocimiento de causa.
Pecados y pecadores
Pero si bien el presidente de la Cámara de Diputados, por razones atendibles, solo mencionó el pecado sin atreverse a dar el santo y la seña del pecador o los pecadores, el diputado del Partido Popular Radhamés Castro, por razones también atendibles, no tuvo reparos en ponerle nombres y apellidos a los legisladores que estarían detrás de esas ONG fantasmas. Entre esos privilegiados legisladores Castro mencionó al senador por Monte Plata Charlie Mariotti, quien tendría dos ONG, una con cuatro millones de pesos y otra con un millón 400 mil; al senador por Jimaní Orlando Mercedes, una de un millón 500 mil pesos, y la senadora por la provincia Santo Domingo, Cristina Lizardo, con otras dos, una de dos millones de pesos y la otra de un millón 600 mil. Cuando el senador por el Distrito Nacional, Reynaldo Pared Pérez, asumió la presidencia de la Cámara Alta prometió erradicar -y mucha gente le creyó- las criticadas ONG de los senadores, que supuestamente sustituyó por un barrilito que le vendió al país como un ejemplo de transparencia en el manejo de los recursos públicos, pero tal parece que se trataba tan solo de un aguaje para consumo mediático. ¡Qué decepción!
El Metro de todos
Independientemente de que el presidente Fernández pueda, como es su deseo, dar una vuelta de prueba en el Metro de Santo Domingo el próximo 27 de Febrero, lo cierto es que la obra no tardará mucho tiempo en ser una realidad para la cual habrá que irse preparando, pues se trata de un nuevo medio de transporte que tendremos no solo que aprender a utilizar sino también a cuidar. Por suerte la gente de la OPRET ha pensado también en eso, pues según contó a un diario el ingeniero Leonel Carrasco, vocero de la obra, se ha diseñado una campaña educativa, con énfasis en las escuelas, universidades y centros laborales, sobre la forma de utilizar y cuidar el Metro, que también tendrá -es de suponerse- una amplia difusión en los medios. Nos guste o no, el Metro es un patrimonio de todos, pues una obra que nos saldrá tan cara (Leonel Carrasco dice que en su primer año consumió alrededor de 267 millones de euros en préstamos más otros 780 millones de pesos a través del Presupuesto Nacional, en el segundo año 1,800 millones de pesos, y en el 2007 otros 7,000 millones de pesos; la cuenta final la saca usted, que aquí no sabemos contar tantos cuartos) no puede ser arrabalizada por el mal uso o el abuso de sus beneficiarios.