QUE SE DICE
Perdidos para siempre

QUE SE DICE<BR>Perdidos para siempre

Mucho se ha hablado de los automóviles que estuvieron dados por desaparecidos durante meses para luego descubrirse que estaban irregularmente en poder de altos oficiales de la Policía y  más autoridades. Pero nadie da cuenta de otros vehículos robados a los que  parecería que la tierra  se tragó. Se da por seguro que en el país operan bandas que desguazan los carros y yipetas que roban para  luego emsamblarlos a partir de otros chasis que por diversos y eficientes mecanismos obtienen; armazones estos que les llegan “limpios de pecado” por lo que no habría forma de relacionar los autos que pasan por talleres clandestinos con algo que haya existido antes. En cuanto a la “legitimación” de las matrículas que encubren los robos, ya eso es harina de otro costal o, para mejor decir, tarea de otras mafias disponibles en el mercado.

¿Será o no será?

Con todo y los  históricos méritos de don  Cristóbal Colón, el tiempo convirtió a su figura en blanco de chistes hostiles y ha persistido la tradición de vincular su figura a la mala suerte. Pura diversión, a  costilla del Descubridor, más que superstición. A propósito  de huesos, el dilema está ahora en aceptar o no que los restos que reposan en el monumental faro de Santo Domingo sean objeto de estudios, por parte de científicos extranjeros, para resolver una incógnita:  corresponden los  de aquí al señero navegante o  son los de Sevilla los que valen?  Los últimos informes inclinan la balanza  hacia España, pero probablemente en este medio saldrían a la palestra  intelectuales e historiadores que preferirían que el mausoleo local  no sea abierto a una verificación  si se corre el riesgo de despojar a laCiudad Primada del derecho a pregonar que es aquí donde verdaderamente está la última morada del célebre genovés.

Injustamente

José Ramón Tejera Rosa,   un veterano periodista que además ha estado vinculado a los asuntos de la aviación, el turismo y la publicidad, fue despedido así, de sopetón, arrasado de unas funciones que cumplía con responsabilidad y dedicación. Al amigo Cuco –un poeta querido y respetado en el mundo periodístico dominicano- se lo llevó de encuentro el cambio de gobierno. El periodista Tejera era encargado de prensa de la Secretaría de Turismo desde hacía tres años. No fue nombrado allí por una acción clientelista, pues él no es  miembro del PRD. Las autoridades que salieron del poder lo emplearon en atención exclusivamente a sus condiciones profesionales. Sin embargo el 27 de agosto recibió una escueta nota  que  le comunicaba el despido. La impresión generalizada es que recibió un trato injusto. Muchos colegas de Cuco sienten pesar por la decisión que lo dejó sin trabajo. Además de sólido profesional, Tejera es hombre de gran fortaleza y determinación que tras sufrir graves quebrantos de salud se levantó como el ave fénix, lúcido y diestro para su oficio.

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