Qué se dice
Poder municipal

<STRONG>Qué se dice<BR></STRONG>Poder municipal

Mientras el aumento de sueldo que se hicieron a sí mismos los regidores del ayuntamiento de San Cristóbal  ocupaba las primeras planas de los periódicos,   otra noticia alusiva a los cabildos pasó virtualmente inadvertida a pesar de su gravedad.

Al comparecer esta semana a un popular programa de televisión y a propósito de las irregularidades por un monto de 40 millones de pesos detectadas  en 5 ayuntamientos del país, Andrés Terrero reveló que se han encontrado irregularidades igualmente graves en otros 40 cabildos,  y aunque no quiso revelar los montos envueltos prometió que tan pronto concluyan las auditorías que se realizan los dará a conocer. Hace tiempo que tenemos bien aprendido que a la democracia dominicana le conviene, porque ayuda a distribuir con mayor equidad los recursos del erario, fortalecer el poder municipal, consolidar su autonomía, y eso solo puede conseguirse canalizando hacia los gobiernos locales los recursos necesarios para que estos puedan servir con mayor eficiencia a sus munícipes. Es evidente, sin embargo, que sin un control riguroso sobre el  uso de  esos recursos se corre el riesgo de que estos no lleguen a quienes verdaderamente los necesitan, sea porque terminen en los golosos bolsillos de regidores desaprensivos o porque se los lleven entre las uñas los políticos inescrupulosos y corruptos disfrazados de funcionarios municipales.

 Un pleito estéril

Todo indica que la Asociación de Bares y Restaurantes tiene razón cuando se queja del privilegio del que disfruta  una discoteca que opera en un hotel de la Capital y que  puede vender bebidas alcohólicas a sus clientes, criollos y extranjeros, hasta bien entrada la madrugada, en abierta violación a las disposiciones legales.

El punto sobre la i acaba de ponerlo el secretario de Turismo, Felucho Jiménez, al declarar que el referido hotel no reúne los requisitos para ser calificado como “Cinco Estrellas”, el argumento bajo el que se ampara Interior y Policía para permitir el privilegio, dejando al doctor Franklyn Almeyda con la única opción de solicitar formalmente a Turismo que le remita una lista de los hoteles del país incluidos en esa clasificación, para una vez reciba esa lista -es lo que se espera- proceder en consecuencia.

Ahí debería terminar el pleito, si acaso empezó alguna vez, entre el secretario de Turismo y el de Interior y Policía, pues no hay que salir a investigar mucho para determinar  que esa discoteca se ha convertido en el  oasis favorito de los amantes de la vida nocturna- y también de las bebidas- de Santo Domingo.

Conquistas laborales

Nadie en su sano juicio puede oponerse a que los miembros de la Policía Nacional vean por fin cómo se respeta de manera estricta el escalafón a la hora de las promociones y los ascensos, o que se beneficien de un buen seguro médico, una pensión decente y otros beneficios laborales tratándose de unos servidores públicos que realizan un trabajo  tan importante para la sociedad, mucho menos a que reciban un salario que les permita vivir con dignidad. Todo esto a propósito  del anuncio hecho hace unos cuantos días por el jefe de la institución, el mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, sobre una serie de conquistas de las que empezarán a beneficiarse, merecidamente, los miembros de la institución, sobre todo el énfasis que puso el jefe policial en su anuncio de que de ahora en adelante los policías solo trabajarán ocho horas diarias, como cualquier empleado bancario o servidor de la administración pública. ¿Qué cuál es problema? Que en una institución que padece un agudo déficit de agentes, reducir las jornadas a ocho horas pueda  afectar su capacidad de ofrecer un adecuado servicio a la ciudadanía en lo que se refiere a las tareas de vigilancia y patrullaje preventivo, la única forma de mantener a raya a la delincuencia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas