Mas que la propuesta en sí misma -cien millones de pesos a cambio de “dejar eso así”- lo que realmente ha provocado irritación en la opinión pública han sido las declaraciones del fiscal del Distrito Nacional, el doctor José Manuel Hernández Peguero, de que el Ministerio Público la estudiará para determinar su pertinencia legal, cuando a todas luces se trata de un vulgar y descarado intento de comprar absolución legal utilizando las ganancias de un crimen tan condenable como el narcotráfico.

El hecho de que el doctor Hernández Peguero decidiera, presionado por la indignación pública, convocar una rueda de prensa para anunciar su rechazo a la indecente propuesta de Quirino Ernesto Paulino Castillo no es suficiente para borrar el mal sabor de boca, mucho menos después de saberse, de labios del doctor Félix Damián Olivares, su abogado defensor, que la fiscalía y familiares del ex capitán del Ejército Nacional preso en Nueva York llevan seis meses negociando la entrega de los cien millones de pesos a cambio de archivar el expediente. Si eso es verdad hay que lamentar que la fiscalía esperase hasta el día de ayer para darse cuenta, y anunciarlo así al país, que se trata de una petición “inadmisible”, dejando en el aire la impresión de que lo único que ha impedido que esas negociaciones llegasen a feliz término ha sido la indiscreción del periódico que las hizo públicas.

Invisible

Antes de producirse el accidente en el que perdieron la vida dos ciudadanos haitianos indocumentados y otros 35 resultaron heridos hay que preguntarse porqué el camión en el que eran trasladados desde el vecino Haití hacia  las ciudades de Santo Domingo y Santiago resultó completamente invisible a los cuatro puestos de chequeos militares que debió cruzar antes de llegar a Santiago Rodríguez, donde se produjo el lamentable accidente. Se ha dicho y repetido hasta el cansancio que el tráfico de trabajadores ilegales a través de la frontera solo puede ser posible con la complicidad de los militares de puesto en la zona, que se hacen de la vista gorda a cambio de un peaje, tal y como lo ha venido denunciando por años el padre Regino Martínez, pero resulta y viene a ser que a pesar de esas reiteradas denuncias ese tráfico se sigue produciendo, y si acaso de vez en cuando recordamos que existe es tan solo por un golpe adverso del destino como el accidente de marras. Las autoridades militares han prometido, como otras tantas veces, investigar porqué ese camión cargado de haitianos pudo cruzar los puestos de chequeo sin ser detenido ni molestado, pero esas indagatorias no pasarán  de una sanción al oficial responsable y, si acaso, la baja deshonrosa de unos cuantos alistados, hasta que baje la marea del escándalo y vuelva a reactivarse el infame tráfico humano que tantos beneficiarios  tiene de este lado de la frontera.

Pie de amigo

”Ciudad Tranquila”. Así  ha sido bautizado el nuevo plan puesto en marcha en  Santiago por la jefatura del Ejército Nacional, definido por sus promotores como un esfuerzo interinstitucional destinado a garantizar la seguridad ciudadana. Según explicó el general Paulino Medina Grateraux, comandante de la segunda brigada del Ejército Nacional,  el nuevo plan no se limitará tan solo a la ciudad de Santiago sino que se hará extensivo al resto del país, sobre todo allí donde la delincuencia se expresa de manera más abierta, con el apoyo de todos los organismos de seguridad del Estado. Hay que suponer que “Ciudad Tranquila” cuenta con el visto bueno de quienes dirigen el Plan de Seguridad Democrática y Barrio Seguro, con el doctor Franklyn Almeyda a la cabeza, que habrán de estar dispuestos a agradecer cualquier clase de apoyo que contribuya a llevar mayor tranquilidad a la familia dominicana, pero en un país tan complicado como este no puede descartarse que estemos ante el nacimiento de una nueva fuente de celos y rivalidades  entre gente que persigue un mismo propósito.