El Banco de Reservas acaba de conceder un plazo de 30 días al ayuntamiento del Distrito Nacional para que honre la deuda de RD$480 millones que tiene con esa entidad bancaria la Federación de Transportistas La Nueva Opción (FENATRANO), deuda contraída durante la administración del merenguero Johnny Ventura y de la que el cabildo capitaleño es garante.

El anuncio, como era de esperarse, ha causado gran revuelo en la opinión pública, pues si Banreservas decide ejecutar la garantía, con todo el derecho que le concede la ley, provocaría una verdadero descalabro en las finanzas de ese ayuntamiento, que no tendría recursos ni con qué hacer frente a una de sus responsabilidades más elementales como lo es la recogida de la basura. La situación ha reavivado las críticas  y cuestionamientos a las complacientes políticas de nuestros gobiernos -incluido este- con los transportistas, tan flexibles y laxas que hacen posible que FENATRANO dure más de un año sin abonar un solo centavo a esa deuda y hasta ahora a nadie le haya preocupado. Con razón dice Juan Hubieres, con toda la  cachaza del mundo, que ese cobro se produce porque al gobierno “le picó demasiado” el respaldo que ofreció a la huelga del pasado lunes. ¿Usted qué opina?

Indolencia

Para que vea cómo andamos en este pobre y jodido país, donde los bomberos tienen que utilizar sus camiones para vender agua y generar recursos que le permitan comprar el combustible que necesitan para cumplir con su sagrada misión. Guillermo García, presidente de la Asociación Nacional de Bomberos y jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, aconseja a la ciudadanía no utilizar el 911 cuando se ven en la necesidad de reportar un incendio, pues pudiera ocurrir que ese día la persona responsable de atender esa línea especializada no esté de humor para pasarle la llamada a los bomberos y su casa o negocio se queme mientras espera una  ayuda que nunca llegará. ¿Qué hacer entonces? Aprenderse de memoria -dice- el número de teléfono que ha tenido el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo desde su fundación, el 809-682-2000, y confiar en la virgencita de La Altagracia en que el día que le toque llamar los camiones tengan gasoil para moverse en ir en su auxilio.

Mala bebida

Hace rato -basta abrir las páginas de los periódicos para comprobarlo- que somos una sociedad excesivamente violenta, donde se mata -o se muere- por cualquier tontería, desde una simple discusión de tránsito hasta un piropo a una mujer “ajena”. Como factores desencadenantes de esa violencia,  lo han dicho los especialistas muchísimas veces, están las drogas y el alcohol, probablemente mucho más este ultimo, no solo porque su consumo es legal y lo venden donde quiera sino porque está también asociado a una cultura machista esencialmente agresiva y violenta. Los ejemplos son tan abundantes que espantan. Esta misma semana en San Pedro de Macorís, para citar un caso, un comerciante de 68 años fue muerto de una puñalada por un compañero de tragos por haberse negado a cocinar un pato que su victimario se había robado.