Sería interesante conocer la opinión de la Liga Municipal Dominicana, la institución rectora de los ayuntamientos del país, sobre el arbitrario, abusivo e ilegal despojo al que están siendo sometidos numerosos cabildos del país por parte de gobernadores provinciales, quienes alegan estar «recuperando» -escoltados por patrullas policiales o militares armadas hasta los dientes- maquinarias y equipos pesados asignados irregularmente por la pasada administración. La situación, que ya ha provocado la queja pública del senador Ramón Alburquerque, se viene produciendo a todo lo largo y ancho del país, y constituye un atropello tanto en la forma como en el fondo. Hacerse acompañar de un grupo de hombres armados para recuperar equipos que alegan les pertenecen no es la mejor forma de esas gobernaciones hacer valer un derecho que, en el fondo, tampoco están en capacidad de exigir, pues esos equipos fueron adquiridos con un préstamo de veinte millones de dólares destinado a fortalecer, en nombre de la descentralización, la capacidad operativa de los cabildos, dotándolos de equipos y maquinarias que les permitan atender las necesidades de sus comunidades. Son precisamente esos equipos y maquinarias los que ahora les están incautando, manu militari, los bien apertrechados gobernadores, en un claro abuso de autoridad. ¿No se supone que nuestros ayuntamientos tienen su propio Chapulín que los defienda?

Carenciados al ataque

Los barrios «carenciados», el eufemismo que se inventaron los privatizadores de la antigua CDE para no llamar por su nombre a los pobres de toda la vida, están empezando a padecer los rigores de la indefensión en que los ha dejado el vencimiento -el pasado 25 de septiembre- del Programa de Reducción de Apagones, mediante el cual el gobierno se comprometía a suplir los costos del 75% de la energía servida. Se ha sabido que el gobierno desea extender ese subsidio, por lo menos, hasta el mes de diciembre, pero como los recursos han estado tan escasos, es poco lo que ha podido hacerse para convencer a las distribuidoras, sobre todo a EdeEste, de que suministre una energía por la que no recibirán un solo centavo. Entretanto en los barrios empiezan a caldearse los ánimos por culpa de unos apagones que se prolongan hasta 72 horas, lo que provoca que protesten de la única manera que saben hacerlo -haciendo desórdenes, destruyendo la propiedad, alterando la paz pública-, pero también la única que tienen de hacerse escuchar.

Aniversario

La universidad Intec cumple hoy 32 años de intensa labor educativa. Un largo y fructífero recorrido, ciertamente, para una institución que se ha empeñado, a lo largo de todos esos años, en garantizar una educación superior de calidad, al día con los adelantos tecnológicos, pero sobre todo innovadora, dispuesta a mirar siempre hacia el futuro. Y aunque estas fechas suelen ser propicias para pasar balance al cumplimiento de metas y propósitos, también lo son para resaltar logros, como lo ha sido recibir este mismo año, de parte de la Secretaría de Educación Superior, la ansiada autonomía. La concesión de esa autonomía, para decirlo en palabras de sus propias autoridades, no solo es un reconocimiento a la calidad académica de INTEC, sino que constituye también un gran desafío para quienes la dirigen, obligados a mantener esa calidad en los niveles de excelencia que la han caracterizado hasta ahora. Que así sea.