La decisión de los diputados peledeístas que siguen a Danilo Medina de retirarse del hemiciclo y no regresar hasta que sean reintegrados a sus empleos los danilistas cancelados por sus preferencias políticas duró tan solo 24 horas, pero ya el daño está hecho: llevar el conflicto interno por la candidatura presidencial al Congreso Nacional, uno de los pilares sobre los que se sustenta la operatividad de la democracia dominicana, con los consecuentes efectos, muy negativos por cierto, para la imagen de los propios legisladores y por supuesto también del gobierno al que pertenecen. Lo más irónico del caso es que los diputados danilistas han desistido de su efímera rebeldía prácticamente a cambio de nada, pues la resolución emitida por el Palacio Nacional deja sin resolver el punto más conflictivo de guerra fratricida que libran danilistas y partidarios de la reelección del presidente Fernández: la reposición de los cancelados.

Boca Chica

El hallazgo, en la mañana de ayer, del cadáver de una joven y desconocida mujer en la orilla de la playa de Andrés, en Boca Chica, nos recuerda de manera particularmente dramática que la que en otros tiempos fuera la playa más frecuentada por las familias capitaleñas no ha sido inmune a la maligna plaga que se ha esparcido por todo el país; la delincuencia y la violencia que siempre trae aparejada, y su inseparable compañero: el consumo y tráfico de drogas.

Hace unos meses los comerciantes de Boca Chica se quejaron públicamente por haber sido marginados del programa “Barrio Seguro” a pesar del grave problema de delincuencia y criminalidad por el que están atravesando, al extremo de que la embajada de Italia se vio forzada a advertir a sus nacionales que residen o visitan ese polo turístico que deben tomar precauciones al disfrutar de sus encantos o abstenerse de salir de sus hoteles. La respuesta a ese reclamo, según el comerciante Raúl Valete, se limitó a repartir unos cuantos radios portátiles entre la gente de Politur, pero como no se redobló el patrullaje ni se reforzó la vigilancia policial ahora se están cosechando los resultados.

Caja de resonancia

El fiscal del Distrito Nacional tiene una explicación para las sentencias que han puesto en libertad a imputados que por su historial delictivo representan un auténtico peligro para la sociedad: muchos magistrados están interpretando de manera literal el Código Procesal Penal. Pero el doctor José Hernández Peguero fue mucho mas lejos todavía, al acusar a esos jueces de ignorar las pautas establecidas por la Suprema Corte de Justicia, que en una sentencia del 21 de diciembre del 2004, relativa a las medidas de coerción, dejó claramente establecidas las medidas que debe adoptar un juez a fin de proteger a la comunidad de los que delinquen.

 Ojalá que el doctor Jorge Subero Isa, tan susceptible a las críticas al desempeño de los jueces, no se tome a mal las observaciones del representante del Fiscal, quien simplemente ha servido de caja de resonancia de la indignación colectiva que ha provocado la noticia de que un imputado condenado a cinco años de prisión por un tribunal de segunda instancia se encontraba en libertad, como ha sido el caso de uno de los jóvenes acusados del asesinato de la profesora Yanet López Reyes.