Qué se dice
Reinado de indulgencias

<STRONG>Qué se dice<BR></STRONG>Reinado de indulgencias

En este país se han concedido y recibido perdones, y han reinado la impunidad y los borrones y cuentas nuevas como la cosa más natural del mundo aunque se ha tratado de algo dañino y vergonzoso. Aquí, algunas aureolas de héroes  yacen en el panteón Nacional, junto a quienes asesinaron a esos mártires.

Algunos de los matadores de las Hermanas Mirabal salieron de manera campante de la cárcel poco después de ser condenados, y por lo menos el más importante de ellos, Alicinio Peña Rivera,  volvió, también campante, al país de un tiempo de exilio y nadie lo tocó ni con el pétalo de una rosa.

  Connotados co-participantes en el baño de sangre que Ramfis hizo con los ajusticiadores de su padre,  antes de huir, volvieron a instalarse  en el país a los pocos años como si nada hubiera pasado.

Tenebrosos personajes de la tiranía ocuparon posiciones importantes, a veces como caciques de regiones, durante el gobierno de los doce años del doctor Joaquín Balaguer, que encabezó un régimen cuya aceptación por la sociedad confería una especie de absolución al despotismo de Trujillo  lo que prolongó  en el tiempo algunos de sus rasgos sombríos.

La historia está llena de criminales que sirvieron a gobiernos intolerantes y luego murieron tranquilamente en sus camas, como fue el caso de Félix Bernardino. Aquí siempre ha faltado registro, seguimiento y condena a muchos actos de barbarie. Los perdones parecen automáticos y como indicación de que con la sangre derramada el 30 de mayo, todos los pecados fueron lavados, incluyendo la masacre del 37.

Narcisazo

El Presidente Leonel Fernández llegó hasta a jurar bajo su  anterior gestión, que la desaparición del profesor Narciso González no quedaría impune, pero años después el testimonio mayor de su interés por el caso es un flamante Centro Cultural en Villa Juana, una obra que será de mucha utilidad seguramente, pero que debería convertirse en un escenario para reclamar con periódicas   charlas, y presentaciones artísticas, que la impunidad cese, de una vez y para siempre.

Las presentes  generaciones no deben dejar de decirles a las del futuro que ese caso, obra de fuerzas cavernarias  solapadas en el balaguerismo que reaccionaron intolerantemente  a las críticas de Narcisazo. Hoy Balaguer es Padre de la Democracia pero nadie sabe si quiera a dónde fueron a parar los restos de una de las últimas víctimas del despotismo ilustrado de esa época.

 Mucha lucha ha costado mantener viva la acción judicial tras el asesinato de Orlando Martínez, proceso que, desde luego, no toca a los señalados como autores intelectuales.

Nadie fue condenado, pese a las evidencias, contra los autores del bárbaro asesinato de Gregorio García Castro. Y al  agente policial que disparó mortalmente  contra Amín Abel Hasbún lo mantuvieron  por poco  tiempo guardado en prisión bajo trato privilegiado, y ha pasado prácticamente toda su vida en libertad. 

A  través de los años las condenas definitivas por narcotráfico y peculado se podrían contar con los dedos de las manos. Lo que en este país nunca queda exento de castigo es el robo de un pollo o de salami. El cristianismo enseñó a perdonar y aquí  la lección se aplica con exceso de generosidad y permisividad ante los crímenes horrorosos.

Sobre metros y chicharrones

Un llamativo reportaje de la BBC de Londres en internet describía antier un increíble desdoblamiento de habitantes de Caracas, Venezuela. Refería que los caraqueños cambian totalmente de comportamiento tan pronto pasan de la superficie de la ciudad a los subterráneos del tren urbano. Muchos que arriba son desordenados y bulliciosos, abajo se comportan en forma  decente  y silenciosa; hacen sus filas en orden, colocan los desperdicios en los zafacones y actúan  como suizos mientras están en las rampas y vagones.

Sucede que el control de orden es allí  cien por ciento efectivo. A través de altoparlantes, los actos incorrectos son pregonados en el acto, y los infractores quedan en evidencia y son avergonzados. Una especie de escuela de urbanidad en el subsuelo.

El Presidente Fernández, que muestra fervor presupuestario con su Metro y visita cada infraestructura de ese tipo  que aparezca en su continuo peregrinar por el mundo, debe haber tomado en cuenta la experiencia venezolana al decir con jocosidad hace un tiempo  que los chicharrones estarían proscritos en su obra mimada que conectará a Villa Mella con Santo Domingo. De todos modos, según datos de la FAO, República Dominicana tiene un 27% de subnutridos y para reducir esa calamidad serían necesarios esfuerzos extras que el gobierno no está aplicando todavía. De  modo que la falta de acceso a los alimentos, dentro o fuera de los vagones del  tren, tendría causas efectivas que no habría tiempo de eliminar antes de la puesta en operación del susodicho medio de transporte.

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