Expertos y promotores mundiales que buscan llevar los senos de las mujeres al lugar de estima que merecen, acaban de afirmar que el único alimento que verdaderamente conviene a las criaturas, hasta los seis meses, es la lactancia materna; y ocurre que República Dominicana está entre los países en que las madres menos recurren a la nutrición natural por excelencia: apenas el 6% .
Las otras formas de alimentar recién nacidos a base de leche en polvo o líquida procedente de mamíferos como las vacas y las cabras, causan anualmente 10 millones de muertes en la población infantil, dijeron los especialistas. Es preocupante que una solución fácil, práctica y que no cuesta nada, como amamantar, haya caído en picada en nuestra sociedad, donde existe mucha desnutrición y mortalidad en el segmento infantil de la población. Somos una comunidad de destape en la que los senos y otras partes del cuerpo femenino son utilizados como poderoso recurso de atracción publicitaria para vender de todo: desde ron y cigarrillo hasta ropa, autos y productos de belleza. Es decir: el mejor medio de alimentar a los humanos tras nacer solo cobra gran importancia en la adultez de los dominicanos. Promovamos un comienzo más temprano de esa devoción.
Canibalismo morado
Pistoleros que despojan a una regidora de su vehículo tipo yipeta y luego le pegan fuego. Desconocidos que aprovechan el descuido de otro regidor para arrojar bombas incendiarias a su yipeta estacionada en una calle de Mendoza. Activos y arteros individuos que se mueven entre bastidores para que una multitud se lance a sitiar la sede del Ayuntamiento de Santo Domingo Este pidiendo la cabeza de algunos ediles. Violencia y odios que se desparraman como en los tiempos de lucha en el Congo Belga. Un panorama de ambiciones desbordadas entre discípulos de Juan Bosch, a quien su propio partido todavía recuerda que una vez dijo: la patria no es para usarla; sino para servirle. Pero lo que acalora y mueve a destruir bienes, a esgrimir armas de fuego para amedrentar y a lanzar consignas contra la vida de compañeros de partido es la ambición por cargos municipales en los que se administran o perciben millones de pesos al año. Muchos políticos dominicanos se tornan a la carrera en malos ejemplos para sus conciudadanos. Hay que exhortar a la juventud a no mirar como dignas de emulación, las malas acciones de la partidocracia ésta.
¡Todavía lo llaman tolete!
Hay superiores jerárquicos que se atreven a suponer que porque sus sueldos han ascendido gratamente, cien pesos no son nada, y que cualquier estudiante universitario puede meter dócilmente su mano en el bolsillo para extraer una papeleta de cien tululuses para comprar, aunque no le parezca necesario, un reglamento de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Que pongan los pies sobre la tierra y sus realidades. Que en este país el 60% del ingreso de la vida económica se queda en el 10% de la población; que cualquier muchacho de Cristo Rey y Los Minas pertenece a hogares sometidos el parámetro de un salario mínimo que no llega a la mitad de lo que una familia promedio necesita para satisfacer sus necesidades más primarias. No juzguen a República Dominicana por el aspecto que tendrían unos cuantos kilómetros de túneles y Metro y sus entornos. Aquí la pobreza ha crecido sin control. Se agregaron un millón y pico de nuevos pobres en el 2003-2004. En las tomas de vistas aéreas de Santo Domingo aparecen más zonas urbanas en las que cien pesos es mucho cuarto que aquellas que se parecerían (y no tanto) al downtown de Miami. Respetemos el debilísimo poder adquisitivo del ciudadano común.