Después que Vicente Bengoa, secretario de Hacienda, ha dicho con toda claridad que el gobierno no puede variar el Presupuesto que ha diseñado para el 2008 so pena de romper definitivamente con el FMI, no vale la pena que el doctor Jorge Subero Isa salga a tocar puertas, incluída la del presidente Fernández, en sus afanes por conseguir una mejor asignación para la justicia.
Y hay que alegrarse por ello, pues hubiera sido un espectáculo lastimoso, impropio de una democracia que pregona la independencia de los poderes públicos, ver al presidente de la Suprema Corte de Justicia haciéndole sala al Presidente de la República, apelando a la benevolencia y magnanimidad del César, invocando su real gana, con la esperanza de que se conduela de su desgracia y disponga que se le entreguen los recursos que hacen falta para continuar adelante con la ingente tarea de modernizar nuestro sistema de administración de justicia y, de paso, dar cumplimiento con lo que dice la Ley de Autonomía Presupuestaria. Arrópese, magistrado Subero, hasta donde le alcance la sábana, que esas romerías al Palacio Nacional a mendigar recursos le van a salir muy caras a la democracia dominicana.
Prohibición
Mientras la Asociación de Empresas Pirotécnicas y el secretario de Interior y Policía mantienen encendido su pleito, que por el derrotero que lleva podría ir a parar a los tribunales de justicia, a causa de la prohibición del uso y venta de fuegos artificiales en esta temporada navideña, siguen escuchándose voces autorizadas ofreciendo su respaldo a la decisión del doctor Franklyn Almeyda. El doctor Julio Amado Castaños Guzmán, presidente del Patronato de la Plaza de la Salud, no solo dice estar de acuerdo con la prohibición de los fuegos sino que sugiere además que se aplique el Código de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, que prevé severas sanciones para quienes faciliten fuegos artificiales a menores de edad, a quienes la violen, pero ya antes le habían expresado su apoyo la asociación de cirujanos plásticos y también los oftalmólogos, al igual que otros sectores de la vida nacional. Es evidente entonces que existe consenso en que los fuegos artificiales son perjudiciales, que solo representan una amenaza para sus usuarios, sobre todo si son niños, pero también que hace falta definir con mayor claridad y contundencia esa prohibición, para que el año que viene nos ahorremos el pataleo de las empresas importadoras.
Un paso atrás
Es probable que al mostrarse partidario de que la propuesta de reforma constitucional que tiene en carpeta el presidente Leonel Fernández se discuta la posible modificación de las leyes que otorgan autonomía presupuestaria a varias instituciones del Estado el doctor Rafael Alburquerque haya puesto en evidencia, sin querer queriendo, las razones por las cuales el gobierno se muestra tan reacio a dar cumplimento a esas leyes. ¿Por qué cree el señor vicepresidente que deben ser modificadas esas legislaciones? Para evitarle al Poder Ejecutivo las dificultades que confronta, cada año, para asignar esos recursos, pues no es posible -argumenta- que los ingresos del gobierno estén previamente comprometidos por leyes que conceden autonomía económica a varias instituciones del Estado, muchas de las cuales no cumplen con sus responsabilidades. De lo que el vicepresidente está hablando, por si no se han dado cuenta todavía, es de borrar de golpe y porrazo la fuente de sustentación de la autonomía e independencia de instituciones tan fundamentales para la democracia como el poder judicial y el poder municipal. ¡Suerte que e´p´ lante que vamos!