El secretario de Salud Pública, el doctor Bautista Rojas Gómez, ha calificado como un crimen, y ciertamente lo es, la importación desde Panamá de un cargamento de pasta dentífrica en cuya fabricación se utilizó una sustancia altamente tóxica responsable, según las autoridades panameñas, de la muerte de por lo menos 100 personas en esa nación centroamericana, por lo que pidió que se establezcan las debidas responsabilidades. La forma en que entró ese cargamento al país, como alimento de perros, sugiere de entrada una intencionalidad delictuosa pero también que sus importadores eran conscientes, por lo menos, de que se trataba de un cargamento controversial, para no decir otra cosa. La tarea del momento, por razones obvias, es recoger, así las autoridades tengan que trasladarse al más apartado rincón de esta media isla, toda la pasta que sea posible decomisar, pero ojalá no se olvide lo que acaba de recordarnos , oportunamente, el doctor Rojas Gómez;: que se ha cometido un crimen, y que alguien debe responder ante los tribunales de justicia por ese crimen.
Oportuna pregunta
Según la Federación Dominicana de Comerciantes y Empresarios de República Dominicana (FENACER) hace más de sesenta días que el gobierno debió procurar, a propósito de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica, la rebaja en los precios de por lo menos ocho productos de la canasta familiar, como lo son el arroz, el azúcar, las carnes de pollo, res, cerdo y leche en polvo, como una forma de aliviar la pesada carga que impuso la reciente rectificación fiscal al presupuesto familiar. Antonio Cruz Rojas, vocero de FENACERD, se pregunta porqué la Comisión de Rectificación Técnica todavía no autoriza la importación de esos productos, pregunta que deberían estarse haciendo todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas a los que se prometió, desde el aparato propagandístico oficial, que el tratado de libre comercio con los americanos traería una rebaja sustancial en más de 4,000 artículos y, por consiguiente, una mejoría, igualmente sustancial, en eso que llaman calidad de vida.
Clientelismo
En un país donde el clientelismo ha calado hasta los tuétanos a la clase política nadie debe sorprenderse, y mucho menos escandalizarse, si le dicen que el gobierno utiliza la asistencia que está obligado a ofrecer a la gente de Dajabón, abatida por los devastadores efectos de un tornado, para hacer campaña proselitista en favor de la reelección del presidente Leonel Fernández. Según el senador de la provincia, el perredeísta Mario Torres, más de 2,000 activistas del Partido de la Liberación Dominicana se trasladaron al lugar de la tragedia dizque para ayudar, pero a todos los beneficiarios de esas ayudas le colocaban en su casa, sin preguntarle por sus preferencias políticas ni pedirle permiso, un afiche reeleccionista, lo que considera una una falta de humanidad.