QUE SE DICE
Un mini cambios

QUE SE DICE<BR>Un mini cambios

El cambio de bufete directivo en el Senado de la República trajo una fuerte sacudida para el personal administrativo. Con la llegada de Andrés Bautista a la presidencia de la Cámara Alta se puso en movimiento  la sustitución de muchos empleados. Decenas fueron puestos rumbo a sus casas; y otras decenas vinieron a ocupar sus lugares. El Estado, como árbol gigante, o más bien, como ubre, sirve al ciento por ciento  para prodigar buenos frutos o muchos sinsabores. Todo en paquete. Por una situación muy clara de nexos personales o partidarios, cada jefe nuevo encabeza un equipo, llega con sus asociados; y el desplazado se va con los suyos. Cuentan que cuando la aplanadora comenzó a funcionar por los predios senatoriales, los servidores que felizmente escaparon a sus  primeros efectos, tomaron precauciones adicionales para conservar sus sueldos y el pasilleo se redujo a cero.

El ascenso de El Gallo

Luis Acosta Moreta, El Gallo, presidente del  pequeño Partido de Unidad  Demócrata Cristiana y coparticipante del triunfo electoral del 16 de mayo, ha pasado a dirigir la Oficina de Desarrollo de la Comunidad, lo que parece encajar muy bien con su trayectoria y le coloca en mejor posición para continuar en su estilo de darse a conocer  extendiendo la mano hacia gente necesitada. Luis, que ahora es todo un alto funcionario del Estado, viene de haber puesto en uso una diversidad de acciones  para auxiliar a grupos de ciudadanos pobres; desde patrocinar  la construcción de drenajes para sanear cañadas, hasta aparecerse en los barrios con juguetes si era Día de los Reyes, y con canastillas, si se trataba del Día de las Madres. Y si en alguna colectividad abundaban los ratones, El Gallo se aparecía con una donación múltiple de gatos. Su elección para un organismo señalado para crear infraestructuras modestas para mejorar la calidad de vida en sectores, se considera acertada.

Amargura del chocolate

La exportación de cacao va a aportar este año a la economía dominicana 64 millones de dólares, y aunque esto parecería un motivo para cierta satisfacción en un sector del campo, lo cierto es  que el país debía estar ya recibiendo mucho más. El potencial de este renglón productivo hace oportuno reclamar de las autoridades la aplicación de una política que resuelva los problemas que mantienen en bajos niveles la rentabilidad del cultivo de cacao ahora que crece su aceptación en el mundo. Los productores necesitan mejor acceso al financiamiento blando y el Estado debe apoyarlos  para la renovación de plantaciones con lo que podrían mejorar considerablemente el rendimiento; los caminos vecinales de las principales zonas de este cultivo están en pésimas condiciones lo que ha encarecido los costos. El nuevo gobierno debe proponerse prestar  una atención especial al cacao dominicano.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas