Un grupo de organizaciones de la sociedad civil realizaron manifestaciones a favor de que se aplicara el 4% del PIB a la educación, contemplado en la Ley 66-97, lograron su propósito haciendo firmar el compromiso a todos los candidatos presidenciales en los comicios de 2012 y a partir de 2013 el gobierno de Danilo Medina comenzó aplicar la ley, sin embargo a ocho años y medio el resultado es una educación con menor calidad y lo que es peor con una paulatina pérdida de la disciplina y el control de los planteles por parte de las autoridades.
En 2013, primer año del 4% del PIB, de acuerdo a los presupuestos ejecutados, el Ministerio de Educación recibió la suma de RD$95 mil millones, en 2021 ascendió a RD$199 mil millones y entre 2013 y 2021 la astronómica suma de RD$1.2 billones, y para este año la asignación contemplada es de RD$231 mil millones. En promedio el Ministerio de Educación recibió el 21.76% del gasto total, ente 2013 y 2021.
¿Qué se ha logrado en ese periodo?
En la llamada “Revolución Educativa” la construcción de miles de aulas, simultáneamente el deterioro de las existentes; la Tanda Extendida es un programa social alimenticio para los alumnos, ya que esas horas adicionales carecen de contenido curricular y las presentes autoridades, un tanto excusadas por la pandemia, miles de millones gastados en clases al través de la radio y la televisión y otros miles de millones en tabletas cuya utilización en los hogares de los estudiantes es muy difícil debido a la carencia de Internet y los apagones.
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La calidad de la educación es peor que antes del 4% del PIB y el mayor ejemplo lo constituye el hecho de que las próximas pruebas nacionales han sido adaptadas a lo que pudieron recibir como enseñanza, es decir en vez de ser un termómetro para medir la calidad del aprendizaje, aunque no se utilizara para fines de calificación; las pruebas van a medir simplemente lo que se pudo cubrir en el año escolar.
En adición estamos presenciando una vandalizacion en las escuelas públicas, no es solo el caso del joven que intentó atacar con un machete a la directora del plantel o las adolescentes cuyas imágenes en ropa íntima y bailando a ritmos libidinosos fueron colgadas en las redes; se trata de que se producen enfrentamientos violentos entre estudiantes, se irrespeta a los profesores y Presidentes de Asociaciones de Padres han llegado a afirmar que los docentes les tienen miedo a los estudiantes.
No faltará quien diga que eso es un reflejo de la sociedad, que esos muchachos vienen de familias disfuncionales, es cierto, también de barrios disfuncionales y estamos permitiendo que estudien en un sistema disfuncional.
Este Gobierno y los que le sucedan deben aplicar los correctivos para que ese 4% del PIB se invierta para una educación de calidad, que contribuya a reducir la inequidad, en la medida que gradualmente los alumnos de la escuela publica, procedentes de hogares de bajos ingresos y de barrios marginados, puedan obtener un aprendizaje equivalente al que obtienen los hijos de los hogares con ingresos medios y altos.
¿Dónde están los que marcharon a favor del 4% para una mejor educación?