Qué se pretende ¿La Gestapo el SIM?

Qué se pretende ¿La Gestapo el SIM?

TEOFILO QUICO TABAR
Tabasa1@hotmail.com 
Hay expresiones de políticos o funcionarios que usted puede pasar por alto entendiendo que son producto de su propia  personalidad, de naturaleza anímica o que obedecen a declaraciones sin ningún tipo de intención más allá de lo puramente discursivo; pero cuando lo hace de forma reiterativa, en algo de tanta importancia como la discrecionalidad  del voto, como lo ha hecho el Secretario de Interior y Policía, mueve a  suspicacias preocupantes.

Ello  implica un juicio  sostenido, programado, planificado, provocado y sustentado con propósitos claramente antidemocráticos, aterrorizantes y desconocedores de todo lo que significa pleno derecho al libre ejercicio de la voluntad popular.

La primera vez que el Secretario de Interior habló del tema,   el gobierno  por vía  de su vocero oficial, o el propio   Presidente de la República, debió hacer un desmentido o  aclarado esos conceptos emitidos por un funcionario que además está ligado a los servicios de seguridad de la nación.

La Junta Central Electoral debió por lo menos convocar un pleno para rechazarlo y dar seguridades de que ese es un asunto imposible de implementar en nuestro sistema. Dando demostración de neutralidad, independencia y de autoridad.

Los propios partidos, aunque algunos voceros hablaron del tema, fueron tímidos y hasta complacientes con algo que toca de manera certera, penetrante y mortal por necesidad cualquier proceso electoral en una nación donde se respete la íntima convicción de los ciudadanos.

Los mismos organismos de la sociedad civil pienso que lo tomaron como algo muy personal y ligero. Mientras el Secretario de Interior volvió a hablar de lo mismo. En un escenario de mayor cobertura, lo que a todas luces implica premeditación y alevosía, aunque  sin asechanza.

No importa con qué partido o candidato usted simpatice. El asunto es que se ha hablado de medidas dictatoriales, propias de la época de la Gestapo o del Servicio de Inteligencia Militar (SIM),  lo que implicaría hacer un listado para saber cómo piensa cada ciudadano, por ciudades y barrios. Pero usted sabe lo que es eso.

Usted se imagina lo que hubiera ocurrido si esa cosa se dice en un país donde  exista absoluto respeto a los derechos ciudadanos, verdaderos árbitros del sistema democrático o políticos, líderes y dirigentes  a los que les pesen los ruedos de los pantalones. Lo menos que hubiese ocurrido sería destitución, reprimenda, editoriales, comunicados, protestas, pastorales, renuncias y hasta retiro de candidaturas. Pero aquí, como vivimos en carnaval, cada quien se entretiene elaborando su propia careta o disfraz. Todo pasa, pero dejando  heridas mortales a la libertad y al principio de absoluta discrecionalidad implícito en el sistema de votación.

Nada que tienda a coartar los derechos inalienables de los ciudadanos, puede pasar por alto  ante el silencio de los que tienen la oportunidad de exponer sus ideas. Mucho menos en un país  donde co-habitan víctimas  de los desmanes  del SIM,  de las persecuciones de la Gestapo, sin olvidar otros que sufrieron los rigores de  totalitarismos aberrantes.

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